?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Eclo 5, 1-10
- Sal 1
- Mc 9, 41-50
El texto de la primera lectura, nos enseña el sentido del límite. Cómo puedo limitar mis pretensiones de riqueza y poder, que me conducen al engreimiento y la vanagloria. Enseña también a no confiar en riquezas injustas, aquellas que se generan por medio de la opresión y la esclavitud de los seres humanos.
Es por ello la sentencia final del Evangelio de hoy, que se proclama después de que Jesús marcara ciertos límites. Es preferible cortar o seccionar cualquier parte del cuerpo a vivir enfermo toda la vida. Y lo dice después de sentenciar que no se puede escandalizar a los más pequeños. Pero no es a una enfermedad del cuerpo a lo que se refiere, sino a tener el corazón o el alma enferma, corrupta, podrida.
Una vida sin Dios y una vida sin límites no autoriza a nadie a vivir oprimiendo o subyugando a los demás. La opresión provoca enemistad, y la enemistad es la consecuencia de un alma enferma de amor, porque se alimenta del odio y la venganza.
De ahí que el Salmo, nos invite a proclamarnos dichosos cuando no nos dejamos guiar por criterios mundanos y nos gozamos en cumplir la voluntad de Dios.
El Papa Franciscon nos catequiza: ”
” El escándalo destruye”…¿Pero qué cosa es el escándalo? El escándalo es decir una cosa y hacer otra, es la doble vida. La doble vida en todo: yo soy muy católico, voy siempre a Misa, pertenezco a esta asociación y a otra; pero mi vida no es cristiana, no pago lo justo a mis empleados, exploto a la gente, soy sucio en las relaciones, reciclo el dinero. Doble vida. Y tantos católicos son así. Y esto escandaliza”, advirtió el Pontífice.
“A todos nosotros, a cada uno de nosotros, hará bien hoy pensar si hay algo de doble vida en nosotros, de parecer justos, buenos creyentes, buenos católicos, pero por debajo hacer otra cosa; si hay algo de doble vida, si hay una demasiada confianza: ‘Pero, sí, el Señor me perdonará después todo, pero yo continúo’”…
Mes de febrero.
Acercar una persona a la Fe
Trata de llevar, al menos, a una persona de poca fe a la Iglesia y ayúdale en su proceso de conversión y ¿por qué no?, a lo mejor estarías ayudando también a tu propia conversión.
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo me sale bien”
Sor Evelia 08/01/2013.