Caminar y, si uno se cae, levantarse; caminar con una meta; entrenarse todos los días en la vida. En la vida, nada es gratis. Todo se paga. Solo hay una cosa gratis: el amor de Jesús”, lo dijo el Papa Francisco en la jMJ 2023.
Y comentando el lema del evento, «partió y fue sin demora» (Lc 1,39), el Pontífice destacó que María realiza un gesto no pedido, no obligatorio, María va porque ama, y «el que ama, vuela, corre y se alegra». Eso es lo que nos hace el amor.
“La alegría de María es doble: ella acaba de recibir el anuncio del ángel que iba a recibir al Redentor y también la noticia de que su prima está embarazada. Entonces, es curioso: en vez de pensar en ella, piensa en la otra. ¿Por qué? Porque la alegría es misionera, la alegría no es para uno, es para llevar algo”.
Y haciendo un momento de silencio el Pontífice invitó a pensar en aquellos que nos dieron algo en la vida, que son como las raíces de la alegría.
“Esa alegría que vino por esas raíces es la que nosotros tenemos que dar, porque nosotros tenemos raíces de alegría, raíces de alegría. Y también nosotros podemos ser, para los demás, raíces de alegría. No se trata de llevar una alegría pasajera, una alegría de momento. Se trata de llevar una alegría que cree raíces”.
La alegría no está en la biblioteca, encerrada, aunque hay que estudiar, pero está en otro lado. No está guardada bajo llave, la alegría hay que buscarla, hay que descubrirla, hay que descubrirla en nuestro diálogo con los demás donde tenemos que dar esas raíces de alegría que nosotros hemos recibido.
“Piensen lo que sucede cuando uno está cansado: no tiene ganas de hacer nada, como decimos en español, uno tira la esponja porque no tiene ganas de seguir y entonces uno se abandona, deja de caminar y cae. ¿Ustedes creen que una persona que cae en la vida, que tiene un fracaso, que incluso comete errores pesados, fuertes, ya está terminada? No. ¿Qué es lo que hay que hacer? Levantarse”.
Y hay una cosa muy linda que quisiera que hoy se la llevaran como recuerdo, les dijo el Papa Francisco, y señaló que, los alpinos, que les gusta subir montañas, tienen un cantito muy lindo que dice así: “En el arte de ascender la montaña, lo que importa no es no caer, sino no permanecer caído”.
“El que permanece caído se ‘jubiló’ de la vida ya, cerró, cerró la esperanza, clausuró la ilusión y ahí queda caído. Y cuando vemos algunos amigos nuestros que están caídos, ¿qué tenemos que hacer? Levantarlo, fuerte. Levantarlo. Fíjense cuando uno tiene que levantar o ayudar a levantar a una persona qué gesto hace: lo mira de arriba hacia abajo. La única oportunidad, el único momento que es lícito mirar a una persona de arriba abajo es para ayudar a levantarse”.
Y en la vida, afirmó el Papa, para lograr las cosas hay que entrenarse en el camino. A veces no tenemos ganas de caminar, no tenemos ganas de hacer esfuerzos, nos copiamos en los exámenes porque no queremos estudiar y no llegamos al éxito.
“Y en la vida, no siempre uno puede hacer lo que quiere, sino aquello que la vocación que tengo dentro -cada uno tiene su vocación-, nos lleva a hacer. Caminar; si me caigo, levantarme o que me ayuden a levantarme; no permanecer caído; y entrenarme, entrenarme en el camino. Y todo esto es posible, no porque hagamos cursos sobre el camino -no hay ningún curso para enseñarnos a caminar en la vida, eso se aprende, se aprende de los padres, se aprende de los abuelos, se aprende de los amigos, llevándose de la mano mutuamente”.
Se preguntarán el por qué de este tema, pues bien; nosotras queridas Betanias, hace menos de un mes estuvimos en nuestro “Tabor”, y nos transfiguramos en mujeres sanas, dispuestas a reconquistar nuestra vida, nuestras familias… , probablemente a estas alturas hemos tenido algunas caídas y seguramente eso nos ha desalentado un poco.
Entonces es importante recordar que cuando las personas (sobre todo los adultos mayores) comienzan a perder el equilibrio a caerse con frecuencia no solo es posible que se lesionen, sino que a menudo ya no son capaces de llevar a cabo las actividades diarias que antes hacían fácilmente.
Igual sucede ante las caídas espirituales o en lo que en psicología se llama recaída, o reciclaje.
Comenzaremos hablando de las caídas espirituales , momentos en los que nos sentimos desanimados, perdidos o desconectados de nuestra espiritualidad. Pueden ser causadas por eventos traumáticos, desafíos personales o simplemente por la sensación de que algo no está bien en nuestras vidas.
La buena noticia es que las caídas espirituales son comunes y pueden afectar a cualquier persona, independientemente de su camino espiritual o religioso. La duración de una caída espiritual puede variar de persona a persona. Algunos pueden superarla en unos pocos días, mientras que otros pueden tardar semanas o incluso meses. Es importante ser paciente con uno mismo y recordar que la recuperación es un proceso.
Importante, en lugar de verlas como un obstáculo, se pueden ver como una oportunidad para crecer y conectarse con nuestra espiritualidad de una manera más profunda.
Tampoco debemos asumir una actitud de crítica hacia los que están en un momento de estos, desconociendo que nosotros también fallamos. Mejor cabría que nos preguntáramos: ¿Qué hacer? ¿Volverle la espalda?
No, uno de los planteamientos más hermosos que hiciera el Señor Jesucristo dice: “Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar justos sino a pecadores al arrepentimiento.” (Lucas 5:31,32.
Un revés espiritual tiene origen en varios factores que podríamos sintetizar en:
a.- Autosuficiencia
b.- Nos falta depender de Dios
c.- Falta de sabiduría al decidir qué hacemos
d.- Desconocer las artimañas del mal
e.- Permitir que la ansiedad tome control de nuestra vida
Autosuficiencia
Con frecuencia el cristiano considera que espiritualmente avanzó lo suficiente para enfrentar la tentación. Eso genera una confianza desmedida y sin fundamento, causa de muchas caídas. Es sobre ese aspecto que advirtió el apóstol Pablo cuando escribió: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Corintios 10:12). Descarte de plano la autosuficiencia que embarga a muchos porque puede ser el comienzo del desmoronamiento espiritual en su existencia.
Esta posición errada me hace recordar la historia de un equilibrista puertorriqueño que, después de muchos años caminando en la cuerda floja, un atardecer dijo a sus ayudantes que no necesitaba mayor seguridad. “El viento es suave y creo que podré cruzar esta distancia sin mayores contratiempos”, explicó. Iba a salvar la distancia entre dos edificios. Pero justo cuando iba a llegar a su meta, con decenas de personas mirando expectantes el espectáculo, una corriente de aire lo derribó. Gracias a Dios se salvó, pero quedó paralítico. ¿La causa? Se confió demasiado, igual que ocurre con muchos creyentes.
Nos falta depender de Dios
Hace pocos días un artículo. me hizo reflexionar en la crisis que golpea a los cristianos a punto de caer. Era de una joven con deseos de acabar con su vida. “Estoy al final del camino, no encuentro salida”, decía. En la respuesta le hacían recordar acerca de la necesidad que tenemos de depender de Jesucristo en medio de las crisis.
Cuando llegan las tentaciones o los momentos difíciles, en los que estamos a punto de “tirar la toalla”, es decir de renunciar, es necesario prendernos de la mano del Creador, como advierte el propio apóstol Pablo: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis resistir”(1 Corintios 10:13).
Falta de sabiduría al decidir qué hacemos
El apóstol Pablo fue quien escribió un principio bíblico que jamás podemos olvidar, porque de lo contrario, corremos el peligro de incurrir en una recaída en nuestra vida espiritual. El planteó: “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.” (1 Corintios 10:23).
Desconocer las artimañas del mal
En su primera carta universal, el apóstol Pedro advirtió: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar...” (1 Pedro 5:8).
Desconocer las artimañas de nuestro enemigo espiritual es una decisión desafortunada. Lo más probable es que caigamos en una crisis cuando menos lo esperemos. Poco a poco nos vamos enredando hasta caer en la trampa.
Permitir que la ansiedad tome control de nuestra vida
Cuando entramos en crisis, una de las primeras manifestaciones son las preocupaciones que toman fuerza hasta convertirse en periódicas depresiones. Es frecuente. Esa situación lleva a otra más: el desánimo considerar que no vale la pena seguir adelante.
Frente a situaciones así, que han estado presentes en la historia del hombre, el apóstol Pedro escribió: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:6, 7).
Permanecer vigilantes
El cristiano debe permanecer en una actitud vigilante: para que su fortaleza esté afincada en Dios y no en sus propias capacidades; para ser cuidadosos en el momento de tomar decisiones o asumir algún hábito o comportamiento que además de afectar nuestro testimonio, traiga perjuicio a quienes nos rodean; para permanecer atentos a cualquier acechanza del diablo y finalmente, para asegurarnos que las pautas de comportamiento estén sujetas a Dios conforme lo describe Su Palabra, la Biblia.
En psicología se afirma que hay que tener claridad que la recuperación es un proceso. Y dentro de ese proceso es normal que haya momentos de recaída. Esta puede venir lentamente, brevemente o de forma agresiva y avasalladora, nos sentimos víctimas, culpables, deprimidas no merecedores, atrapadas.
RECAIDAS
Las recaídas suceden no porque seamos deficientes o nos dejemos languidecer, se dan, igual que la caída espiritual, porque son una parte normal del proceso de recuperación.
De hecho son tan normales que muchos psićólogos prefieren llamarlas “reciclajes”. Ello porque recaída significa resbalar o volver a caer a un estado anterior luego de haber experimentado una aparente mejoría.
Mientras que reciclar significa recuperarse, o pasar de nuevo por un ciclo o por parte de un ciclo para verificación o tratamiento.
RECICLAJE
Dice un terapeuta, en relación al reciclaje: “no nos regresamos hasta atrás. Cuando terminamos un proceso de reciclaje, nos movemos hacia un sitio de mayor progreso en nuestro camino de recuperación”.
El reciclaje es una oportunidad de hacer nuestro trabajo de recuperación, es una forma de descubrir en qué necesitamos trabajar e ir sobre ello.
Reciclar implica aprender nuestras lecciones para que podamos seguir adelante en nuestro viaje.
Algunas sugerencias de afirmaciones para el reciclaje serían:
-Es una buena historia de mi recuperación. Todas mis experiencias son necesarias y valiosas.
-Estoy aprendiendo lo que necesito saber. Aprenderé lo que necesite saber cuando sea tiempo para ello.
-Estoy justo donde necesito estar.
Cómo identificar si estoy ante una situación de reciclaje:
1. Reprimimos las emociones: regresamos al modo de pensar que dice que los sentimientos son innecesarios, inapropiados, injustificados o que no son importantes.
2. Regresan las conductas compulsivas: realizamos actividades compulsivamente para evitar sentir, comemos en exceso, trabajamos en exceso, etc.
3. Regresa la autoimagen de víctima: podemos sentir, hablar, pensar y actuar como víctimas, reclamamos cómo es posible que nos estén haciendo esto, aquello o lo otro.
4. Baja la autoestima: pueden retornas los sentimientos de que no somos lo suficientemente buenos.
5. Empieza el descuido de uno mismo: abandonamos nuestra rutina cotidiana
6. Regresan las locuras: el miedo, la ansiedad, sentirnos desconectados de la gente, de nuestro ser superior y nuestro ser esencial, trastornos en el sueño, estado físico deteriorado, nos sentimos enfermos, no nos divierte nada.
7. Regresan las conductas codependientes
8. Nos sentimos atrapados, no vemos alternativas
9. Nos confundimos y perdemos de por dónde veníamos y hacia dónde íbamos
10. LO IDEAL: aceptación y honestidad. Volver a conceptos como ingobernabilidad, impotencia, sometimiento y con autocompasión decir: “está bien, lo hice de nuevo”.
Existen mitos acerca del reciclaje importantes de conocer porque el creer cualquiera de los siguientes mitos puede dificultar el proceso de reciclaje:
● Debería estar más adelantado en mi recuperación de cómo lo estoy.
● He estado en recuperación muchos años
● Si mi recuperación fuera real no estaría haciendo esto
● Si soy especialista en aéreas de salud, consejera, mamá…no debería estar en esta situación.
● La gente no me respetaría si supiera que yo pensé, sentí o hice esto.
● Una vez que ha cambiado una conducta, ha desaparecido para siempre.
● Como es posible que lo esté haciendo de nuevo si ya lo sé
● Ay no!
Estos son mitos, si creemos en ellos necesitamos tratar de cambiarlos, ES NORMAL TENER RECICLAJES
El primer paso es: aceptarnos a nosotros mismo, darnos un abrazo y hacernos dos preguntas:
1- Qué necesito hacer para cuidar de mí mismo?
2- Qué se supone que debo aprender?
Algunas respuestas son:
● renuncia al mito
● hacer una evaluación realista de lo que podemos controlar,
● Desapego
● Dejar de ser víctimas
● Enfrentar nuestros sentimientos
● Tomar en serio lo que necesitamos y queremos
● Fijar límites
● Tomar decisiones, eligiendo y asumir la responsabilidad por ello.
● Ser honestos
● Dejar ir
● Consentirnos a nosotros mismos y darnos amor en grandes dosis.
● Concentrarnos en nuestro programa de recuperación
● Hablar con gente sana
● Aplicarnos a las meditaciones y pensamientos positivos
● Relajarnos y tener actividades divertidas
● Diferenciar trabajo de casa en las diferentes alternativas, cuidarse
Así como se energiza el descuido de sí mismo con más descuido, así la recuperación se energiza con más cuido de nosotros, sobre más cuido. En todo caso entre vos y Dios averiguarán como hacerlo.
MAS CONSEJOS
● Si se siente el desequilibrio de la codependencia, probablemente está ocurriendo.
● Debemos confiar en nosotros mismos.
● Si nos estamos protegiendo puede ser que algo nos esté amenazando. Nos ayudaría el comprender quién o qué es lo que nos asusta y de qué es lo que nos estamos protegiendo.
● Si nos falla un método probemos otro, no nos atoremos.
● Los sentimientos de culpa, de lástima de obligación son para el codependiente lo mismo que el primer trago para el alcohólico. Fíjese lo que sucede después.
● Tratar de recuperar lo que hemos perdido no funciona. “Si miro hacia atrás y me quedo viendo lo que he perdido en un lapso suficientemente largo, mis pérdidas se apoderan de mi”, dice un hombre. “He aprendido a tomarlas y salir corriendo”.
● Si no estamos seguros de algo podemos esperar.
● No tenemos que hacer hoy más de lo que razonablemente podamos hacer. Si estamos cansados descansemos. Si necesitamos jugar, juguemos.
● No podemos fijar límites y cuidar los sentimientos de otra persona al mismo tiempo
● No necesitamos que la ira que nos llevó a fijar los límites nos mantenga resentidos, es una contradicción, fijamos los limites para tener paz y estar mejor, no peor.
● Es difícil sentir compasión por alguien mientras esa persona nos esté utilizando o victimizando. Probablemente nos sentiremos enojados. Primero, dejemos de permitir que nos utilicen. Segundo, trabajemos la compasión.
● Hoy no es ayer, las cosas han cambiado
● Si todo nos parece oscuro, profundo, es probable que tengamos los ojos cerrados.
A continuación se dará una lista de verificación, revísala para poder determinar los puntos débiles o fuertes, y fijar metas, todo ello en aras de tu recuperación.
LISTA DE VERIFICACION PARA LA RECUPERACION
● Mantener una rutina diaria adecuada.
● Fijar y lograr a diario metas cotidianas y metas de largo plazo.
● Cuidado personal
● Fijar límites con las personas y ceñirse a ellos.
● Elegir conductas
● Estar bien descansado
● Estar libre de resentimiento
● No controlar a los demás, ni sentirse controlado por ellos.
● Estar abiertos a la crítica adecuada y a la retroalimentación.
● Sentir gratitud versus lástima de sí mismo.
● No escaparse de algo o tratar de evitarlo.
● Estar libre de una autoimagen de víctima.
● Estar libre de miedo y ansiedad.
● Estar libre de vergüenza y sentimientos de culpa.
● Tener Fe en un poder superior.
● Tener confianza en uno mismo y valorarse.
● Proseguir con la rutina de recuperación (acudir a grupos de apoyo.)
● Tener la mente clara y en paz, tener un pensamiento lógico, estar libre de confusión.
● Sentir y manejar adecuadamente los sentimientos, incluyendo la ira.
● Comunicarse clara, directa y honestamente.
● Mantener contacto con los amigos.
● Dar una adecuada retroalimentación positiva a uno mismo y a los demás.
Término repitiéndoles el último párrafo del mensaje del Papa Francisco: “En la vida, no siempre uno puede hacer lo que quiere, sino aquello que la vocación que tengo dentro -cada uno tiene su vocación-, nos lleva a hacer. Caminar; si me caigo, levantarme o que me ayuden a levantarme; no permanecer caído; y entrenarme, entrenarme en el camino. Y todo esto es posible, no porque hagamos cursos sobre el camino -no hay ningún curso para enseñarnos a caminar en la vida, eso se aprende, se aprende de los padres, se aprende de los abuelos, se aprende de los amigos, llevándose de la mano mutuamente”.
Canción
https://youtu.be/96gcUj2hgG8?si=CYFnZ9S-AP11HmIS
Fuentes:
https://significado-espiritual.com/caida-significado-espiritual/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Agosto 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.