Tratemos ahora de comprender el significado de la muerte de Jesús y el compromiso que tenemos los cristianos como testigos suyos. Conocer y comprender el mensaje de Dios Salvador, a través de su muerte, valorar la entrega de Jesús y el sentido salvador de dicha entrega, así como la entrega de muchas personas en la construcción del Reino de Dios.
- EL SIGNIFICADO DE LA MUERTE DE JESUS
Dios entregó a su propio Hijo
La voluntad del Padre sostuvo, animó e impulsó totalmente la vida de Jesús. Esto no quiere decir que quienes entregaron a Jesús lo hicieron sin iniciativa y responsabilidad propia, como si hubieran estado movidos por los hilos de un guiñol para ejecutar un drama trazado previamente por Dios.
La muerte violenta de Jesús no fue fruto del azar en una desgraciada constelación de circunstancias. Pertenece al misterio del designio de Dios, como lo explica San Pedro a los judíos de Jerusalén ya en su primer discurso de Pentecostés. “Fue entregado según el determinado designio y previo conocimiento de Dios” (Hch 2,23).
Dios ha permitido, en quienes llevaron a la muerte a Jesús, acciones inspiradas por su ceguera, el endurecimiento de su corazón, su miedo a una desestabilización por un eventual movimiento mesiánico, etc. Para realizar su designio de salvación
Hay en el Nuevo Testamento una expresión muy importante “entregar”. Acción en la que coinciden todos los protagonistas de la pasión del Señor:
• Judas entrega a Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo.
Estos lo entregan a Pilato
• Pilato lo entregó a los soldados
• Pero es Dios quien domina y dirige: el entrega a su propio Hijo
• Y el Hijo, obediente al designio del Padre y por amor a los hombres, se entrega a sí mismo.
EN LA CRUZ, JESÚS CONSUMA SU SACRIFICIO.
La cruz es el único sacrificio de Cristo “Único mediador entre Dios y los hombres”. Todo lo que Jesús enseñó e hizo durante su vida mortal, en la cruz llega al culmen de la verdad y la santidad.
Recordemos las palabras que Jesús pronunció y que constituyen su mensaje supremo y definitivo.
• “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen” (Lc 23,24). Jesús no solo perdona, sino que pide el perdón del Padre para los que lo han entregado a la muerte, y por lo tanto también para todos nosotros.
• “En verdad te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc 23,43). Se diría que en este texto de San Lucas, está documentada la primera canonización de la historia, realizada por Jesús a favor de un malhechor que se dirige a El en aquel momento tan dramático. Esto muestra que los hombres pueden obtener gracias a la cruz de Cristo, el perdón de todas las culpas, y también de toda una vida malvada, que pueden obtenerlo también en el último instante, si se rinden a la gracia del Redentor que los convierte y los salva
• “ Mujer ahí tienes a tu hijo, . “Ahí tienes a tu Madre”. Un acto ternura y piedad filial. Jesús no quiere que su Madre se quede sola. Jesús quiere dar a María una descendencia mucho más numerosa, quiere instituir una maternidad que abarque a todos sus seguidores y discípulos de entonces y de todos los tiempos. Una maternidad espiritual.
• Dios mío, Dios mío, porque me has abandonado” (Mc 15, 34)Aquel silencio de Dios pesa sobre el que muere como la pena más gravosa. Pero Jesús sabía que con esta fase de su inmolación, que llegó hasta las fibras más íntimas de su corazón, completaba la obra de la redención que era el fin de su sacrificio por la reparación de los pecados.
• “Tengo sed” ( Jn 19,28). La sed de la cruz, en boca de Cristo moribundo, es la última expresión de deseo del bautismo que tenía que recibir, para abrirnos a todos nosotros la fuente del agua que sacia y salva verdaderamente.
• “Todo está cumplido…Padre en tus manos pongo mi Espíritu” (Jn 19,30). Fueron sus últimas palabras. Manifiestan su conciencia de haber cumplido hasta el final la obra para la que fue enviado al mundo. (Cfr. Jn 17,4)
- MUERTO POR NUESTROS PECADOS SEGÚN LAS ESCRITURAS.
Juan Bautista, después de haber aceptado bautizarle en compañía de los pecadores, vio y señaló a Jesús como el “Cordero de Dios que quita los pecados del mundo” (Jn 1,29-36). Manifestó así que Jesús es a su vez el Siervo doliente que se deja llevar en silencio al matadero y carga con el pecado de las multitudes. Y el cordero pascual símbolo de la redención de Israel cuando celebró la primera Pascua.
La muerte redentora de Jesús cumple, en particular, la profecía del Siervo doliente. Jesús mismo presentó el sentido de su vida y de su muerte a la luz del Siervo doliente. (Mt 20,28)
Toda la vida de Cristo expresa su misión “servir y dar su vida en rescate por muchos” (Mc 10,45)
El Hijo se hizo hombre para salvarnos del pecado y de la muerte eterna. La Sagrada Escritura ensalza la generosidad de Dios y el derroche de su gracia: donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia y el don de Dios. Mientras el salario que ofrece el pecado es la muerte, Dios nos ofrece como regalo la vida eterna por Jesucristo.
El sentido y valor de la muerte de Jesús.
Cristo, modelo del amor perfecto, que alcanza su culmen en la cruz. La unión filial de Jesús con el Padre se expresa en el amor, que El ha constituido además en mandamiento principal del Evangelio: “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente. Este es el mayor y primer mandamiento” (Mt 22,37).
Como sabemos, a este mandamiento Jesús une un segundo semejante al primero; el del amor al prójimo y El se propone como ejemplo de este amor: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a los otros. Que como yo os he amado, así os améis vosotros los unos a los otros” (Jn 13,34).
San Pablo subraya en otros textos que el culmen de este amor es el sacrificio de la cruz: “Cristo os ha amado y se ha ofrecido a vosotros, ofreciéndose a Dios como sacrificio”…”Haceos, pues, imitadores de Dios…, caminad en la caridad” (Ef 5,1-2)
El Papa Francisco nos explica acerca de la Cruz: “El crucifijo no hay que llevarlo como el del equipo que seguimos, sino como un símbolo de pertenencia, un punto de referencia para cada cristiano, ya que recuerda que “Dios se hizo pecado para salvarnos”
La salvación –añadió el Papa– sólo viene de la cruz, pero de esta cruz que es Dios hecho carne. No hay salvación en las ideas, no hay salvación en la buena voluntad, en el deseo de ser buenos… No. La única salvación está en Cristo crucificado, porque sólo Él, como significaba la serpiente de bronce, ha sido capaz de tomar todo el veneno del pecado y nos ha curado allí”.
“Pero ¿qué es la cruz para nosotros? se interrogó el Santo Padre. Sí, es el signo de los cristianos, es el símbolo de los cristianos. Y nosotros nos hacemos el signo de la cruz, pero no siempre lo hacemos bien, a veces hacemos así… Porque no tenemos esta fe en la cruz. Otras veces, para algunas personas es un distintivo de pertenencia: ‘Sí, yo llevo la cruz para hacer ver que soy cristiano’. Está bien eso, pero no sólo como distintivo, como si fuera de un equipo, sino como memoria de Aquel que se ha hecho pecado”.
Jesús dice a sus enemigos: ‘Cuando habrán levantado al Hijo del hombre, entonces conocerán’. El que no mira la cruz, así, con fe, morirá en sus propios pecados, no recibirá aquella salvación’.
Pete Wilson, autor del libro Plan B, nos dice que casi al final que el hubiera querido darnos un final feliz, y que después de orar mucho, se ha dado cuenta no puede poner un lazo a un libro como este. O sea, un final feliz. Sin embrago, continua, aunque no hay un lazo, si hay esperanza. Hay esperanza porque existe la cruz…
Mientras vivas en esta tierra, es muy probable que te pases por ella con preguntas monumentales que no tienen respuesta… En lugar de respuesta, Dios te ofrece algo mejor. El te ofrece una solución. El nos ofrece la cruz… Por causa de Jesús, el sufrimiento no es la última palabra. Se nos ha prometido que si ponemos nuestra confianza en El, vendrá un día en que “El enjugará toda lagrima de los ojos. Ya no habrá, ni llanto, ni dolor, ni lamentos, porque las primeras cosas han dejado de existir.” Apoc 21, 4.
Cuando estés en medio de una situación Plan B ( algo así como cuando tu opción primera no ha funcionado e intentas incursionarme en otra y las cosas no tienen pies ni cabeza); tienes que elegir la fe… La fe dice elijo creer en Ti, más que esta o aquella tragedia. Me rindo en total y absoluta dependencia en Ti, solo en Ti…un Dios que trae esperanza al desesperanzado.., un Dios que estuvo dispuesto a enviar a su Hijo a una cruz para probar que eres más poderoso que lo peor que el diablo pueda hacer.
De algún modo misteriosamente, cuando recibimos el amor de Jesús en nuestras vidas a través del sufrimiento, cando decidimos elegir ese amor y compartirlo, evitamos que el sufrimiento tenga la ultima palabra en nuestras vidas…
Así que, nos dice Pete Wilson, no tengo un lazo, o un botón fácil que puedas apretar. Lo que tengo para crecerte es una cruz. Una cruz que comienza cando Dios te ama y lo lejos que llegara para comenzar la reconciliación de todo el orden creado, a través del derramamiento de la sangre de su Hijo…Yo creó el mensaje de esa cruz. Yo creo que existe un Dios que ha elegido llevar sobre El odio el peso del sufrimiento humano y la maldad cósmica. Creo que existe un Dios que dice por medio de esa cruz: Te Amo! Yo estoy en control. Y puedo usar tu peor experiencia para un bien eterno.
La cruz es prueba de que El no siempre cambia las circunstancias, pero que maneja cada circunstancia para su propósito. El nuca nos va a soltar. Su cruz será una ancla de esperanza para nosotros.
Dios terminará lo que empezó. Espéralo., nos dice la frase final del libro.
https://mercaba.org/rosario.org/CREDO%20EL.pdf.pdf
Papa Francisco: Llevar la Cruz como memoria … – Catholic.netes.catholic.net › articulos › cat › papa-francisco-llevar-
Plan B. Libro Pete Wilson.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.
Bibliografía:
Primera referencia
Segunda referencia
Tercera Referencia