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Creencias Limitantes vs Creencias Potenciadoras

Posted on septiembre 25, 2025

Quisiera iniciar este tema haciendo una diferencia entre estereotipos y creencias. La principal diferencia es que un estereotipo es una creencia simplificada y generalizada sobre un grupo de personas, mientras que una creencia es una idea o convicción firme que una persona considera verdadera, sin estar necesariamente ligada a un grupo específico. Los estereotipos son un tipo de creencia, pero se caracterizan por ser generalizaciones que se aplican a un grupo en su conjunto, a menudo de forma inmutable y sin considerar las diferencias individuales

Una creencia es una actitud mental que consiste en la aceptación de una experiencia una idea o una teoría,  considerándolas verdaderas sin que medien ni hagan falta demostraciones argumentales o empíricas. Es decir, es aquello que decidimos creer y afirmar sin que tengamos el conocimiento las evidencias de que sea o pueda ser cierto.

Los seres humanos  tenemos creencias de todo tipo. Están expresadas casi siempre como proposiciones o afirmaciones lógicas sobre el mundo real o imaginario, puesto que son una de las primeras formas de aproximación al mundo con que contó nuestra civilización en sus inicios. Hoy aún existen, aunque contamos con otras herramientas de conocimiento más fiables.

No toda creencia es necesariamente falsa, pero en el momento en que procedemos a comprobarlas fáctica o científicamente, dejan de ser creencias y pasan a ser conocimientos, leyes científicas u otro tipo de saberes. Incluso existen creencias profundas, de las que no somos del todo conscientes, y que sin embargo juegan algún rol en la configuración de nuestro modo de ver el mundo.

En la actualidad se han desarrollado los conceptos de creencias limitantes y creencias potenciadoras. Éstas se construyen con base a experiencias positivas o negativas, y pueden llegar a ser fundamentales en la toma de decisiones futuras. 

Vamos a conversar sobre  cómo identificar y analizar cada una de estas creencias, para que de esta forma podamos  tomar el control de nuestro bienestar emocional y mental. 

¿Qué es una creencia potenciadora y limitante?

Las creencias son un conjunto de pensamientos que se construyen desde la infancia y se consolidan con el pasar de los años hasta formar parte de la personalidad de cada uno. 

Como vienen de los primeros años de vida, están absolutamente condicionadas por el entorno en el que se desarrolla el niño o la niña. La comunicación en este período es primordial y los padres deben prestar atención a lo que dicen frente a sus hijos. Comentarios o actitudes agresivas hacia ellos se convierten en creencias limitantes que más tarde impactarán en su comportamiento. 

Podemos decir que las creencias limitantes son aquellas ideas que nos oprimen y nos hacen pensar que somos incapaces de realizar alguna actividad o alcanzar alguna meta. En estos casos existe un notable bloqueo, ya que tanto la autoestima como la confianza se vuelven insuficientes.

Las creencias potenciadoras, por el contrario, son las encargadas de mejorar nuestro estado de ánimo y autoestima. Si las experiencias que el niño o niña vivió son alentadoras, éste tendrá la fuerza, la energía y la inspiración para desarrollar una personalidad positiva y entusiasta hacia el mundo.

Existen muchos y muy variados ejemplos de creencias potenciadoras y limitantes.

Creencias limitantes:

  • No puedo hacerlo
  • No soy capaz
  • No creo que sea lo suficiente bueno o buena
  • No debería demostrar lo que siento
  • No confío en nadie 

Creencias potenciadoras:

  • Voy a poder hacerlo
  • Sin duda estoy lista o listo para un cambio
  • Seguramente voy a lograr todo lo que quiero
  • Soy capaz de hacer lo que me proponga
  • Me encantan los desafíos

¿Cómo identificar nuestras creencias? 

Identificar una creencia limitante o una creencia potenciadora requiere de un trabajo consciente. Sigue los siguientes pasos para reconocerlas: 

Autoconocimiento

Una de las primeras cosas que habrá que hacer para encontrar nuestras creencias limitantes y potenciadoras es conocernos a nosotros mismos. Este camino de introspección nos llevará a entender mejor el funcionamiento de nuestra mente y el recorrido que ha atravesado para llegar a donde estamos hoy.

Diferenciar ambas creencias

Para este paso, la persona ya debe estar lista para separar una creencia limitante de una creencia potenciadora. Si encuentras más de las primeras, tendrás que trabajar tu amor propio por un tiempo prolongado. En cambio, si encuentras un conjunto de creencias potenciadoras, debes reforzarlas y trabajarlas para continuar motivado y poder lograr tus objetivos. Esta será la puerta para seguir creciendo en todos los ámbitos.

Analizar la creencia

Este punto es especialmente importante en el caso de creencias limitantes. Haz un análisis exhaustivo de ese pensamiento que tienes arraigado para entender de dónde viene. Por ejemplo, si crees que no puedes hacer algo, deberías preguntarte: “pero ¿por qué no puedo hacerlo?, ¿qué me lo impide?”. Reflexionar sobre estos puntos y contradecirlos es vital para que el cerebro comprenda que ese pensamiento no es real y pueda cambiarlo.  

¿Cómo lograr pasar de una creencia limitadora a una potenciadora?

Como se mencionó anteriormente, trabajar las creencias limitadoras y las creencias potenciadoras es un proceso complejo y largo, pero no imposible.

1. Identificar de dónde viene la creencia y encontrar el opuesto

Define de dónde viene ese pensamiento negativo, si es heredado o propio, y luego esfuérzate por encontrar aquella creencia opuesta, en este caso, la potenciadora.

2. Incorporar la creencia positiva

Para este paso, la persona  debe analizar por qué la creencia potenciadora debería entrar en su vida y qué cambios beneficiosos le traería. Lo mismo debes hacer con la creencia limitante: preguntarte por qué ese pensamiento ya no debería tener más lugar en tu vida. Al descubrir y enumerar estos pros y contras, será posible cambiar la creencia limitante por la potenciadora.

Cómo las creencias religiosas pueden potenciar nuestra vida espiritual:

  • Dan sentido y propósito: Efesios 2:10 “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras”;  esta cita nos ofrece  un marco de referencia para entender el propósito de la vida, lo cual puede dar un sentido de unidad y propósito a las experiencias personales.. Renunciar al control y confiarle nuestras vidas a Dios nos lleva a un camino inspirador, pacífico y gratificante, pues una vida siguiendo a Jesús ofrece más que simplemente lograrlo, y responde a la pregunta de cuál es tu propósito en Dios y en la vida. Es por eso que encontrar el propósito en Dios es alentador y nos  lleva a una explosión de esperanza y  posibilidades!
  • Fomentan el bienestar: Isaías 40:31: “Pero los que esperan en Dios  tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas como águilas; correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán”
    Se ha demostrado que las experiencias religiosas y espirituales activan redes cerebrales asociadas a la recompensa, lo que contribuye al bienestar psicológico y la reducción del malestar. Creer en Dios brinda un sentido de protección y seguridad que va más allá de nuestras propias capacidades. Tal como un niño encuentra consuelo en la fortaleza de su padre, las personas que confían en un Dios sienten que no enfrentan los retos de la vida en soledad. Este reconocimiento de nuestras limitaciones humanas y la aceptación de un poder superior nos libera de la carga de intentar controlarlo todo. Diversos estudios han demostrado que las personas que practican su espiritualidad tienen una mejor calidad de vida. Aquellas que viven conectadas con su fe suelen recuperarse más rápido de enfermedades o pérdidas personales. Además, disfrutan de una mayor paz interior,  lo que contribuye a una mejor salud mental y emocional.
  • Motivan a la acción: Sí, las creencias religiosas motivan a la acción, y un versículo bíblico clave que lo ilustra es Santiago 1:27: “La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo”. Este pasaje enfatiza que la fe genuina se demuestra a través de acciones concretas de compasión y cuidado hacia los necesitados, más allá de las meras palabras o la simple adherencia a rituales, por tanto las creencias religiosas impulsan a avanzar, tomar decisiones y llevar a cabo acciones necesarias para alcanzar objetivos. 
  • Aumentan la resiliencia:
    Pueden proporcionar la fuerza y la confianza para enfrentar dificultades, gestionar emociones y desarrollar una actitud positiva ante los desafíos. La creencia en un Dios de Amor, Misericordia y Perdón , por ejemplo, puede llevar a menores preocupaciones y mayor tolerancia a la incertidumbre de la vida, contrastando con una imagen de un dios castigador.   y la Biblia ofrece varios pasajes que respaldan esta idea. Versículos como Santiago 1:2-3 sugieren que las pruebas ayudan a desarrollar la perseverancia, Isaías 41:10 y Filipenses 4:13 ofrecen consuelo y fuerza divina, y pasajes como Proverbios 3:5-6 animan a confiar en Dios en lugar de en el propio entendimiento, lo cual fomenta la resiliencia ante la adversidad.
  • Activan el potencial personal
    Al igual que otras creencias potenciadoras, las religiosas pueden empoderar a una persona para que muestre su mejor versión y desarrolle sus capacidades. como lo indican varios pasajes bíblicos., pero nos vamos a detener en estas dos: 1 Samuel 15 – 17 y 1 Timoteo 1 – 2
  • Pero el Señor dijo a Samuel: No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; porque Dios no ve como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón. (1 Samuel 16:7)

Cuando alguien tiene “dedos para el piano”, como dicen por allí, es porque ha demostrado que tiene potencial. Este potencial tiene que ver con cualidades que están latentes o despertando, y que tendrán visos de superioridad en el mediano y largo plazo. Solo algunos pocos tienen esta capacidad especial de poder ver hacia el futuro observando las cualidades presentes de un deportista adolescente, de un joven músico o de un futuro científico.

Pero también es cierto que, en más de una oportunidad, una observación inadecuada ha dejado sin espacio a jóvenes valores, que tuvieron que tocar muchas puertas antes de ser descubiertos; y a muchos otros cuya genialidad ha sido reconocida aun después de sus muertes. Bien dice el dicho que uno es absurdo por lo que busca, pero grande por lo que encuentra. Justamente, la incomprensión temprana ha sido una de las más grandes quejas de muchos que llegaron a ser luminares en medio de la humanidad. Una visión superficial de las cosas es como una densa neblina que nos impide ver el potencial de las personas.

Por ejemplo, ¿Quién podría imaginar que Napoleón llegaría a ser un genio militar y político? Una observación superficial nos mostraría a un joven que entró a la Escuela Militar con influencias, que sólo medía un metro cincuenta y tres, y que egresó en el cuadragésimo tercer lugar de su promoción. ¿Quién podía pensar que Albert Einstein llegaría a cambiar la historia de la ciencia moderna? Una observación superficial nos mostraría a un joven de 26 años de la Oficina Suiza de Patentes que con una aparente arrogancia cuestionó la física newtoniana con su Teoría de la Relatividad. Cuando la publicó, todo el mundo científico guardó absoluto silencio. Tuvieron que pasar muchos años antes que lo absurdo se convirtiera en grandeza.

Las cosas en el nuevo reino de Israel no iban muy bien. Saúl no lograba despegar y consolidar su reinado debido a su carácter díscolo que acarreaba muchos errores y disputas. La última vez que Samuel vio a Saúl cuestionó profundamente sus actos con estas palabras: “¿Se complace el Señor tanto en holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la voz del Señor? Entiende, el obedecer es mejor que un sacrificio, y el prestar atención, que la grasa de los carneros. Porque la rebelión es como el pecado de adivinación, y la desobediencia, como la iniquidad e idolatría. Por cuanto tú has desechado la palabra del Señor, Él también te ha desechado para que no seas rey” (1 Sam. 15:22-23). Cuando Saúl fue elegido solo se le observó superficialmente, de tal modo, que todo su potencial descansaba en la pinta de rey que tenía. Alto y hermoso parecían ser las dos únicas cualidades que se necesitaban, pero la obediencia, la lealtad, la valentía, la docilidad y la comprensión no eran cosas que podían suplirse sólo con el aspecto físico.

Las cosas no podían seguir así. Samuel lloraba a Saúl y nunca más lo volvió a ver, perdiendo el rey a su más conspicuo consejero. Sin embargo, el Señor tenía ya en mente no un hombre conforme a lo que la gente deseaba, sino un hombre con potencialidad interna. En el texto del encabezado vemos la directriz de Dios con respecto a la nueva elección, y ésta se basaba en un carácter conforme a lo que Dios mismo aprecia. El Señor había encontrado un rey potencial del que nadie todavía se había percatado. Esta fue la orden de Dios: “Y el Señor dijo a Samuel: ¿Hasta cuándo te lamentarás por Saúl, después que Yo lo he desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite y ve; te enviaré a Isaí, el de Belén, porque de entre sus hijos he escogido un rey para Mí” (1 Sam. 16:1).

Cuando llegó a la casa de Isaí, Samuel, como buen humano, se fijó en lo que podría ser lógico. Eliab, el primogénito, podría ser el indicado, pero el Señor le dijo que no lo era. Luego pasaron los siete hijos siguientes, y el Señor dijo que no en cada uno de ellos. Samuel tuvo que preguntar: “…¿Son éstos todos tus hijos? Isaí respondió: Aún queda el menor, es el que está apacentando las ovejas. Samuel insistió: Manda a buscarlo, pues no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga acá” (1 Sam. 16:11). David llegó a la presencia de Samuel y seguramente el profeta se preguntó: ¿Este es el que ha escogido el Señor? ¿Otro niño bonito? Esto es lo que vio Samuel: “… y era rubio, de ojos hermosos, y bien parecido…” (1 Sam. 16:12b). David era el escogido, y Samuel, sin entender nada, lo ungió discretamente como el nuevo rey de Israel.

¿Qué potencialidades no vio Samuel a primera vista? El resto de nuestra lectura nos da algunos vistazos del corazón y el talante del joven David. Cuando Saúl estaba buscando un músico que toque para él, un criado le informó: “…Yo he visto a un hijo de Isaí, el de Belén, que sabe tocar, es poderoso y valiente, un hombre de guerra, prudente en su hablar, hombre bien parecido y el Señor está con él” (1 Sam.16:18). ¡Tremendo Currículum! Y lo más importante, todas estas cualidades estaban en David no producto de que era el rey, sino porque era un rey en potencia, aunque todas estas virtudes estaban todavía escondidas a la vista de los demás hombres. Cuando se presentó una nueva batalla contra los filisteos, David se quedó cuidando las ovejas mientras sus hermanos mayores partían a la batalla. Un día su padre lo envió al campo de batalla, pero no a pelear, sino a informarse del estado de sus hermanos y entregarles algunos presentes y comestibles.

Fue allí donde escuchó a Goliat provocando temor con sus insultos y amenazas a todo el ejército de Israel. Mientras los muy curtidos soldados de Israel temblaban de miedo, este adolescente se llenaba de ira ante la osadía del filisteo y decía: “…¿Quién es este Filisteo incircunciso para desafiar a los escuadrones del Dios viviente?…Y dijo David a Saúl: No se desaliente el corazón de nadie a causa de él; su siervo irá y peleará con este Filisteo” (1 Sam. 17:26b,32). ¿Fueron sus palabras solo una desproporción juvenil? ¿Sus altisonantes términos tendrían algún asidero con la realidad?

Hay mucha gente que cree tener potencial pero nunca ha pasado más allá de sus palabras o su imaginación, nunca han sometido a una prueba veraz aquello que consideran como una virtud o un talento personal. Podría parecer que David se deja llevar por su apasionamiento e inexperiencia y Saúl no duda en corregirlo: “…Tú no puedes ir contra este Filisteo a pelear con él, porque tú eres un muchacho y él ha sido un guerrero desde su juventud” (1 Sam. 17:33). Sin embargo, David da cuenta que su potencial ya está en uso: “…Su siervo apacentaba las ovejas de su padre, y cuando un león o un oso venía y se llevaba un cordero del rebaño, yo salía tras él, lo atacaba, y lo rescataba de su boca; y cuando se levantaba contra mí, lo tomaba por la quijada, lo hería y lo mataba. Su siervo ha matado tanto al león como al oso; y este Filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a los escuadrones del Dios viviente. Y David añadió: El Señor, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, me librará de la mano de este Filisteo. Y Saúl dijo a David: Ve, y que el Señor sea contigo” (1 Sam. 17:34-37).

Todos nosotros conocemos la historia de David y Goliat. El joven y valiente David se enfrentó al filisteo y lo venció con un certero tiro de su honda. Pero lo que pocos saben es que su potencial no empieza allí, sino en lo secreto de su propia vida, cuando sometió a prueba su propia valía, allí donde nadie lo observaba, solo el Señor quien iba perfeccionando su propio carácter.

Todos nosotros tenemos algún tipo de potencial, todos nos sabemos útiles para algún tipo de labor, pero así como el músico potencial no será una estrella hasta que no haya pasado días, meses y años enteros ensayando y ensayando en la soledad del estudio y bajo el análisis del maestro, así también nosotros nunca podremos descubrir lo que en verdad llegaremos a ser hasta que no salgamos de los linderos de nuestra bien protegida imaginación. Al someter a prueba nuestros anhelos, podremos saber lo que verdaderamente somos, nunca antes. Ninguna sinfonía de Bethoven salió de su potencial únicamente. Más bien, fue cuando el potencial se transformó en esfuerzo, dedicación, ánimo y estudio es que la sinfonía se hizo realidad.

Pero también es posible que tú estés sintiendo que no tienes ningún potencial, que no hay nada valioso en ti que pueda extraerse de tu corazón. Pues déjame decirte que el Dios de los cristianos nunca deja a sus hijos sin potencialidad. Muchos de nosotros llegamos a Él completamente destrozados anímicamente, con todas nuestras potencialidades aniquiladas y aun nuestros sueños deshechos. Pero Jesucristo entró en nuestra vida y como un gran maestro nos transformó y discipuló para poder alcanzar nuevas potencialidades. Y de esta obra maravillosa cada cristiano puede dar testimonio. Así se lo contó el apóstol Pablo a su amigo Timoteo:

  • “(1 Tim. 1:12-16). Doy gracias a Cristo Jesús nuestro Señor, que me ha fortalecido, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, aun habiendo sido yo antes blasfemo, perseguidor y agresor. Sin embargo, se me mostró misericordia porque lo hice por ignorancia en mi incredulidad. Pero la gracia de nuestro Señor fue más que abundante, con la fe y el amor que se hallan en Cristo Jesús. Palabra fiel y digna de ser aceptada por todos: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, entre los cuales yo soy el primero. Sin embargo, por esto hallé misericordia, para que en mí, como el primero, Jesucristo demostrara toda Su paciencia como un ejemplo para los que habrían de creer en El para vida eterna.”

En Cristo no hay cristiano sin potencial, porque Él es potencia para cada  uno de nosotros.

Concluimos este tema acerca de las creencias, específicamente las religiosas, con el mensaje del Papa Francisco quien con motivo de la entrega del Premio Zayed a la Fraternidad Humana 2023,  envió un videomensaje en el que agradece la iniciativa y anima a todos aquellos que se comprometen en la construcción de la concordia y la paz. En este proceso son esenciales el diálogo y la colaboración entre religiones. “A los muchos conflictos, a las sombras de un mundo cerrado, contraponemos el signo de la fraternidad”

Su mensaje  buscaba erradicar la intolerancia y la desconfianza, invitando a las diferentes tipo de fe a cooperar por el bien común y la construcción de un mundo más justo y pacífico:

Queridos hermanos y hermanas, somos conscientes de que el camino de la fraternidad es largo y difícil. ¡A los numerosos conflictos, a las sombras de un mundo cerrado, contrapongamos el signo de la fraternidad! Ella nos insta a acoger a los demás y a respetar su identidad, nos inspira a trabajar con la convicción de que es posible vivir en armonía y paz. Doy las gracias a todos los que se unirán a nuestro camino de fraternidad, y les animo a comprometerse con la causa de la paz y a responder a los problemas y necesidades concretas de los últimos, los pobres, los indefensos, los que necesitan nuestra ayuda.

El Premio Zayed a la Fraternidad Humana también va en esta dirección, dice el Papa, y concluye agradeciendo a los galardonados de esta edición -la comunidad de San Egidio y la keniana Shamsa Abubakar Fadhil- su trabajo y su testimonio.

“Somos ciudadanos de la humanidad, somos creyentes pertenecientes a diferentes tradiciones religiosas y también personas de buena voluntad – afirma el cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot-. Siguiendo el testimonio de la Comunidad de San Egidio, que sirve a la humanidad cada día, trabajemos todos juntos, como mensajeros de paz y constructores de cooperación, en la construcción de la solidaridad humana para curar las heridas de la humanidad”. También recibe un premio este año Shamsa Abubakar Fadhil y de ella el cardenal dice que es “una mujer que se ha tomado en serio y personalmente la llamada del Documento sobre la Fraternidad Humana a proteger la dignidad de los jóvenes”.

En su declaración, el Presidente Biden se declara “orgulloso de unirse a personas de todo el mundo en la celebración del Día Internacional de la Fraternidad Humana”. Escribe: “Con cada generación, estamos llamados a combatir las llamas del odio a las que se ha dado demasiado oxígeno durante demasiado tiempo. Debemos sembrar la semilla de la fraternidad entre todos los pueblos, religiones y creencias”. Subraya la importancia del conocimiento mutuo y del diálogo “con personas de todos los orígenes, culturas y credos”. El Día de hoy es una ocasión, según Biden, “para renovar nuestros esfuerzos por atender a los necesitados, para hacer un llamamiento en favor de la paz, la justicia y la libertad para todos, en todas partes”. Y es un momento “para celebrar el valor moral de los líderes religiosos y de otros que siguen trabajando juntos por el bien común”.

La Comunidad de San Egidio, movimiento eclesial con sede en Roma, recibió el premio “por su contribución a las negociaciones de paz y a la resolución de conflictos en diversos lugares del mundo”. Pero también por su compromiso con los migrantes y refugiados a través de la organización de “corredores humanitarios”, que permiten a las personas y familias obligadas a abandonar sus hogares llegar a los países europeos en condiciones de seguridad. Shamsa Abubakar Fadhil -conocida como “Mama Shamsa”- es una activista y constructora de la paz en Kenia. Fue galardonada con el Premio Zayed por ayudar a los jóvenes de su país salvándolos “de la violencia, la delincuencia y el extremismo” y por sus campañas en toda África “para concienciar sobre la violencia contra las mujeres”.

Vemos entonces como las creencias potenciadoras son muy importante, no solo en el ámbito emocional sino también espiritual.

Canción:   https://youtu.be/mqYuFDKjuas?si=FM2UFeBjiu-6Ftcs

Les dejo a continuación  este video para que profundicen acerca del impacto en la autoestima de las creencias limitantes .

https://youtu.be/HEimc3tW6GE?si=QKhbBoSVBXzeUNJd

Tomado de:

  • https://concepto.de/creencia/
  • https://aprende.com/blog/bienestar/meditacion/creencias-potenciadoras-y-limitadoras/
  • https://butterflyliving-org.translate.goog/purpose-in-life/?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=sge
  • https://www.topdoctors.mx/articulos-medicos/por-que-creer-en-dios-la-conexion-entre-la-fe-y-el-bienestar-emocional/
  • https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2023-02/papa-responsabilidad-decisiva-religiones-convivenvia-pueblos.html#

Recopilado por Rosa Otárola D, /
Setiembre 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.

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