- Hch 18, 9-18
- Sal 46
- Jn 16, 20-23a
Durante toda esta semana, la Liturgia nos habla de rejuvenecer, de exultar (saltar de alegría), de la felicidad segura y eterna y hoy la liturgia nos habla de esa alegría brota de nuestro corazón al experimentar en carne propia la Pascua de Cristo, aun cuando podamos pasar por cansancios y persecuciones, nos debe motivar como a San Pablo el interés de hacer calar la fe en Cristo y su renovación pascual, haciendo creer con nuestro testimonio, a los demás lo que no pueden ver con sus ojos.
En el texto del evangelio, Jesús escogió la mejor imagen posible para explicarnos lo que sucede en el misterio pascual, la mujer embarazada a punto de dar a luz. En esa situación, aunque se angustia y sufre dolores, está en vísperas de una gran alegría ya que un nuevo ser humano va a venir al mundo. La victoria de la mujer es posible al dar a luz a su hijo, así también todos el proyecto del Reino es un embarazo que anida en las entrañas del mundo a punto de gestar la vida nueva de los hijos e hijas de Dios.
Nos dijo el Papa Benedicto XVI: “Desearía invitaros a todos a renovar la firme confianza en el Señor, a confiarnos como niños en los brazos de Dios, seguros de que esos brazos nos sostienen siempre y son los que nos permiten caminar cada día, también en la dificultad. Me gustaría que cada uno se sintiera amado por ese Dios que ha dado a su Hijo por nosotros y que nos ha mostrado su amor sin límites. Quisiera que cada uno de vosotros sintiera la alegría de ser cristiano”.
El mundo no puede entender la alegría que acompaña a esos dolores y trabajos, porque no entiende qué significa trabajar por Cristo y por el Evangelio. Muchos cristianos lo entienden, porque llevan tan dentro el espíritu y los criterios del mundo que ni saben lo que es trabajar por el Evangelio ni conocen esa otra alegría que acompaña a los dolores de parto y a la generación de la vida divina en los hombres. Pablo supo vivir una «maternidad apostólica», que fue para él un continuo manantial de alegría y plenitud, esa que solo se gusta y experimenta cuando uno descubre y se adentra en el misterio de la Cruz.
Y es que cuando el Señor habita en nuestros corazones estamos llenos de esa alegría que nadie nos la podrá quitar, pues cuando comprendemos esto, asumimos una actitud de optimismo y seguridad pues sabemos que El está con nosotros como le dijo a san Pablo: “ no temas, sigue hablando y no te calles, pues yo estoy contigo…”
Cristo nos quiere prevenir que no estaremos solos por mucho tiempo, sino que siempre le tendremos a Él cerca, y así nuestro dolor por la separación se transformará en alegría cuando le veamos de nuevo. No perdamos la esperanza, Cristo siempre regresará, aunque no lo veamos.
El salmo, es una declaración de confianza en Dios como refugio y fortaleza, especialmente en tiempos de Crisis . Se enfatiza la soberanía y presencia de Dios, invitan a la calma y la fe en Su poder: “Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo”, nos dice el Salmista. El centro de este aplauso festivo es la figura grandiosa del Señor supremo, a la que se atribuyen títulos gloriosos: “sublime y terrible” Exaltan la transcendencia divina, la primacía absoluta en el ser, la omnipotencia. También Cristo resucitado exclamará: “Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra” (Mateo 28, 18).
En el señorío universal de Dios sobre todos los pueblos de la tierra, el orante descubre su presencia particular en Israel, el pueblo de la elección divina, “el predilecto”, la herencia más preciosa y querida por el Señor. Israel se siente, por tanto, objeto de un amor particular de Dios que se ha manifestado con la victoria sobre las naciones hostiles. Durante la batalla, la presencia del arca de la alianza entre las tropas de Israel les aseguraba la ayuda de Dios; después de la victoria, el arca se subía al monte Sión (cf. Salmo 67, 19) y todos proclamaban: “Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas”
La Pascua transforma los miedos y tristezas, en esperanza y fortaleza, por eso oremos por el Jubileo 2025, Peregrinos de Esperanza. con la Oración que nos dejó el Papa Francisco: Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html
- https://www.vaticannews.va/es/evangelio-de-hoy/2025/05/30.html
- https://es.catholic.net/op/articulos/16392/salmo-46-el-seor-rey-del-universo.html
- https://es.catholic.net/op/articulos/17321/cat/566/alegria-que-nadie-les-podra-quitar.html#modal
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/05/30/vaya-lio-en-corinto-2/
- https://evangeli.net/evangelio/dia/2025-05-30
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
Palabra de Vida Mes Mayo. «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero» (Jn 21, 17) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.