- Hch 5, 27-33
- Sal 33
- Jn 3, 31-36
Hoy que celebramos en el corazón de la Pascua, la memoria que hacemos de San José obrero, la liturgia nos invita a reflexionar que si bien es un reto conectar nuestra fe con el mundo,
Sa José Obrero es un modelo de cómo ofrecer a Dios un trabajo bien hecho. El truco es descubrir que todo es un constante “hacer”: no sólo el trabajo remunerado, sino también las tareas de la casa, el cuidado de la familia, los hobbies, la diversión o el descanso (“al séptimo día descansó”).
El mayor trabajo de San José fue levantar el nuevo templo de Dios, que es la humanidad de Cristo: el amor de padre, la educación y la enseñanza de su trabajo de carpintero.
La primera lectura nos ofrece, el testimonio de vivir con autenticidad porque estamos convencidos de en quién hemos puesto la fe, como Pedro y los Apóstoles, aunque eso genere incomprensiones y problemas, pues como nos dice San Juan, “el que cree en el Hijo posee la vida eterna.”
Maravillan en el texto de los Hechos, la claridad, la fuerza, la certeza y la osadía de ese pequeño discurso de Pedro ante las autoridades de su pueblo, que tienen poder para condenarle… El encuentro con el Señor Jesús resucitado, y su Espíritu que se les ha entregado, ha cambiado su vida para siempre. Y ha hecho posible el anuncio por el que nosotros hemos podido encontrarnos, también, con Jesús, fuente de sentido y alegría de nuestra vida.
Y el texto del evangelio, añade matices importantes en el modo de comprender y expresar la fe:
El enviado es el Hijo, a quien el Padre ama y en cuyas manos lo ha puesto todo. Y eso significa que lo que “sabemos” sobre Dios, el encuentro con El, la vida que de él recibimos… se nos comunica a través del Hijo. Él es el Único mediador. Con su llegada, las mediaciones que servían como cauce de comunicación de Dios con el pueblo son ya innecesarias. Ninguna mediación -ni las anteriores ni las posteriores- tiene sentido, si no está orientada a facilitar de hecho la posibilidad de encuentro personal con el Señor Jesús. Y se aplica a todos los ámbitos: Instituciones, personas, procesos, celebraciones…
– Una última gran noticia: el que cree en el Hijo tiene ya la vida eterna. La promesa de Dios no está referida sólo al futuro después de la muerte. La vida de Dios en nosotros es ya vida eterna.
El Papa Francisco, nos explicó: “…el cuerpo de cada uno es resonancia de eternidad, por tanto ha de ser respetado siempre; y sobre todo debe ser respetada y amada la vida de todos los que sufren, para que sientan la cercanía del Reino de Dios, de esa condición de vida eterna hacia la que caminamos. Este pensamiento nos da esperanza. Estamos en camino hacia la resurrección. Esta es nuestra alegría: un día encontrar a Jesús, encontrar a Jesús todos juntos. Todos juntos, no aquí… en otra parte, pero alegres con Jesús. Y este es nuestro destino…”
Entonces meditemos: ¿Vivimos, sufrimos y disfrutamos la vida de fe desde esta perspectiva?
La Palabra de Vida de este mes: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero». Nos indica que en el día a día podemos presentarnos a Dios tal como somos y pedir su amistad, que cura. En este abandono confiado en su misericordia podremos volver a la intimidad con el Señor y reanudar el camino con Él.
Esta Palabra de vida puede convertirse en oración personal, en nuestra respuesta para encomendarnos a Dios con nuestras pocas fuerzas y darle las gracias por los signos de su amor
Oremos con la Oración que nos dejó por el Jubileo 2025, Peregrinos de Esperanza:
Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html .
- https://es.catholic.net/op/articulos/15687/el-que-cree-en-el-hijo-tiene-vida-eterna.html#modal
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/05/01/1-mayo-san-jose-obrero/
- https://www.focolare.org/es/senor-tu-lo-sabes-todo-tu-sabes-que-te-quiero-jn-21-17/
«Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero» (Jn 21, 17).
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.