- Dan 13, 1-9. 15-17. 19-30. 33-62
- Sal 22
- Jn 8, 1-11; o Bien Jn 8, 12-20. Es el que comentamos hoy, pues ayer comentamos Jn 8, 1-11
Dios salva a los que esperan en El, hoy la liturgia nos da algunas pistas al respecto, pues la transformación que El quiere operar en nosotros, implica un cambio esos pecados del pasado que nos llevan a actuar injustamente por haber desviado los ojos del Señor, para ello es necesario tener rectitud de corazón; caminar en la Luz y en la verdad y poner nuestra confianza en el Señor.
La primera lectura nos muestra el corazón del ser humano, el que puede llegar a lo mejor a cometer atrocidades. Como el caso de los dos ancianos jueces designados jueces del pueblo, que en lugar haberse humanizado por tratar de ayudar a los demás en sus sufrimientos, en su interior había brotado la maldad. «Desviaron sus ojos del cielo, y así no se acordaron de las leyes justas», es decir, la corrupción, sacaron a Dios de sus vidas, y con ello, la fuerza y la inspiración del Espíritu para hacer que el pueblo camine según el Señor. Ya no puede haber, coherencia, imparcialidad, justicia, fidelidad, porque el corazón está embotado de intereses particulares. De sacar partido.
Un escenario concreto, que por desgracia, no nos resulta nada extraño en nuestros días, cuando vemos en el mundo tantas y tantas noticias de corrupción, manipulación, violencia, muerte y sin sentido, causado precisamente por todas esas personas que se deben al cuidado de los demás.
Dios, suscita el Espíritu Santo, en el joven Daniel. Dios mueve sus hijos para mandar la fuerza regeneradora de la sabiduría, entendimiento, consejo, para acabar con la trama de corrupción y pecado. Es tan sencillo, como confrontar la acción que han hecho, como volver a Dios y mirar al cielo, confiar en que el Buen Pastor va contigo y te sostiene. A los jueces les toca en suerte lo que habían decretado para la inocente Susana.
El Salmista, nos insta a confiar: “Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo… El Señor es mi Pastor, nada me falta”. Si de veras creo en El, quedaré libre para gozar, amar y vivir. Libre para disfrutar de la vida. Cada instante es transparente porque no está manchado con la preocupación del día siguiente. El Pastor vigila, y eso me basta.
Es felicidad el creer en la providencia. Es bendicón vivir en obediencia. Es bendición seguir las indicaciones del Espíritu Santo en las sendas de la vida.
Jesús nos dice en el texto del Evangelio: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”. Y el Papa Francisco nos indica que “Jesús trae la luz. Pero el pueblo, la gente, su pueblo lo ha rechazado. Está tan acostumbrado a las tinieblas que la luz lo deslumbra, no sabe caminar. Y este es el drama de nuestro pecado: el pecado nos ciega y no podemos soportar la luz. Tenemos los ojos enfermos. Y Jesús lo dice claramente en el Evangelio de Mateo: “Si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará malo. Si tu ojo ve solamente las tinieblas, ¿cuánta oscuridad habrá en ti?” (cf. Mt 6,22-23). Las tinieblas… Y la conversión es pasar de las tinieblas a la luz”
Seguir a Jesús significa dejarse iluminar por su palabra y proyecto que da vida en plenitud. El brío o destello de su persona, su modo de vida, genera bienestar. Sus gestos de acogida y compasión contrastan con las actitudes fiscalizadoras y condenatorias, por eso sus adversarios no podían aceptarlo porque evidenciaba la ausencia de Dios en quienes decían llamarse sus dignos representantes.
Recordemos que la luz o claridad la necesitamos tanto a nivel personal como en comunidad. Son muchos los nubarrones de odio y desamor que ensombrecen a nuestro mundo; sin embargo recordemos que su permanencia está condicionada, pues como Jesús podemos ser presencia que ilumina y reconcilia.
Oremos con el Papa Francisco por el Jubileo 2025, Peregrinos de Esperanza: Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- Libro Busco Tu Rostro, autor Carlos G. Vallés.
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html.
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2020/documents/papa-francesco-cotidie_20200506_dalletenebreinteriori-allalucedicristo.html#
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
Palabra de Vida Mes Abril: “Yo estoy por hacer algo nuevo: ya está germinando, ¿no se dan cuenta?” (Is 43, 19) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.