- Ef 4, 1-6
- Sal 23
- Lc 12, 54-59
Hoy la liturgia nos invita a aprender a leer los signos del tiempo presente y así llevar una vida digna del llamamiento que hemos recibido, como nos insta San Pablo y buscar al Señor como hemos proclamado con el Salmista. Solo de esa manera podremos ver con anterioridad y prudencia las consecuencias de nuestros actos y poder realizar las acciones que nos conviene hacer.
En la primera lectura, San Pablo nos brinda determinadas actitudes que debemos cultivas para no desperdiciar la gracia que nos habita y en la que habitamos.
Exige un compromiso concreto en nuestra manera de actuar. Se nos recuerda, una vez más, que nuestra vida cristina, nuestra espiritualidad tiene un test de veracidad de nuestra fe, de nuestro compromiso cristiano: las actitudes que manifestamos en nuestra vida diaria.
Hay también una preocupación en este texto y en toda la carta, por la unidad de la Iglesia en al que el autor puede observar en las comunidades de Éfeso, cierto peligro de fragmentación. Estas virtudes que se nos recuerdan como compromiso de nuestra vocación de creyentes: Humildad, paciencia para sobrellevarnos con amor. Tratar a los otros con amabilidad. El ejercicio de estas virtudes ayudase a los creyentes a “conservar, mediante el vínculo de la paz, la unidad que es fruto del Espíritu”
Jesús nos interpela hoy: “ ¿Cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que es justo?
Muchas veces tengo que escuchar, hasta de mis propios labios, que la situación está fatal. Y nos dedicamos a contemplarlo desde la barrera o a quejarnos en la sobremesa. Ante un tsunami de corrupción, falsedad, engaño y pecado no podemos quedarnos en la queja o la crítica estéril.
El Papa Francisco, en una intervención preguntó: «¿cómo se puede hacer esto que la Iglesia llama “conocer los signos de los tiempos”?».
Al respecto el Papa dijo que «los tiempos cambian. Es característico de la sabiduría cristiana conocer estos cambios, conocer los diversos tiempos y conocer los signos de los tiempos. Qué significa uno y qué significa lo otro». Cierto, el Papa es consciente de que esto «no es fácil. Porque nosotros escuchamos muchos comentarios: “He escuchado que lo sucedió allá es esto y lo que sucede allá es otra cosa; he leído esto, me han dicho esto…». Pero, añadió inmediatamente, «yo soy libre, debo emitir mi propio juicio y comprender qué significa todo esto». Y «se trata de un trabajo que a menudo nosotros no hacemos: nos conformamos, nos tranquilizamos con “me han dicho, he escuchado, la gente dice, he leído…”. Y así nos quedamos tranquilos». En cambio deberíamos preguntarnos: «¿Cuál es la verdad? ¿Cuál es el mensaje que el Señor quiere darme con ese signo de los tiempos?».
Come es habitual el Papa propuso también sugerencias prácticas «para comprender los signos de los tiempos». Ante todo, dijo, «es necesario el silencio: hacer silencio y mirar, observar. Y después reflexionar dentro de nosotros. Un ejemplo: ¿por qué ahora hay tantas guerras? ¿Por qué ha sucedido todo esto? Y rezar». Por lo tanto, «silencio, reflexión y oración. Sólo así podremos comprender los signos de los tiempos, aquello que Jesús quiere decirnos».
Y en este sentido no hay pretextos. Aunque, en efecto, cada uno de nosotros se pueda ver tentado de decir: «Pero yo no estudié mucho… No fui a la universidad y tampoco a la escuela secundaria…», las palabras de Jesús no dejan espacio a dudas. Él no dice: «Mirad cómo hacen los universitarios, mirad cómo proceden los doctores, mirad cómo lo hacen los intelectuales…». Al contrario, dice: «Mirad a los campesinos, a los sencillos: ellos, en su sencillez, saben comprender cuando llega la lluvia, cómo crece la hierba; saben distinguir el trigo de la cizaña». Como consecuencia «esa sencillez —si va acompañada por el silencio, la reflexión y la oración— nos hará comprender los signos de los tiempos». Porque, recordó, «los tiempos cambian y nosotros cristianos debemos cambiar continuamente. Tenemos que cambiar firmes en la fe en Jesucristo, firmes en la verdad del Evangelio, pero nuestro obrar se debe mover continuamente según los signos de los tiempos».
Al término de su reflexión el Pontífice volvió a la reflexión inicial. «Somos libres —afirmó— por el don de la libertad que nos dio Jesucristo. Pero nuestro trabajo es examinar lo que sucede dentro de nosotros, discernir nuestros sentimientos, nuestros pensamientos; y analizar lo que sucede fuera de nosotros, discernir los signos de los tiempos». ¿Cómo? «Con el silencio, con la reflexión y con la oración», repitió
Hay que crecer en santidad, en verdad, en cercanía a Dios. En tomar fuerzas en ese Corazón de Cristo como nos recomendado el Papa y lanzarnos a cambiar el mundo. ¡Pero yo puedo hacer poco! Pues haz ese poco que el Señor pondrá el resto. No podemos quedarnos en juicios vacíos o en falta de juicio, sino poner en Dios nuestra justicia.
Con el Salmo pidámosle al Señor: “haz, Señor, que te busquemos” . Enséñame a tratar contigo, Señor. Enséñame a combinar la intimidad y el respeto, la amistad y la adoración, la cercanía y el misterio. Enséñame a no perder de insta nunca a tu manjestar ni olvidarme nunca de tu cariño.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día
- Libro Busco Tu Rostro, autor Carlos G. Vallés
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/10/25/falta-de-juicio/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=25-10-2024
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2015/documents/papa-francesco-cotidie_20151023_tiempos-cambian.html
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
Palabra de Vida Mes Octubre “El que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos” (Marcos 10, 43-44) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.