- Jer 15, 10. 16-21
- Sal 38
- Mt 13, 44-46
Lo que nuestro Señor quiere resaltar con la parábola del tesoro escondido –como también con la otra parábola que viene a continuación, la del mercader de perlas finas– no es tanto el objeto material del tesoro escondido, sino la decisión fundamental de estos dos hombres de dejar todo para llegar a poseer ese tesoro de incalculable valor que han encontrado. Quien ha tenido la experiencia de Dios, quien ha experimentado que Dios le ama, se da cuenta que la vida en su amor, la vida en el Reino, es la única que vale la pena vivirse, es tal la felicidad, la paz, el gozo que experimenta viviendo en el Reino, que desprecia sufrimientos, humillaciones y hasta la vida misma, con tal de permanecer en él. La vida vivida en Jesús, por medio del Espíritu Santo, es decir, la vida del Reino, es tan hermosa que nada se puede comparar a ella.
Qué bueno es tener esto claro, máxime que sin duda alguna, en algún momento de nuestra vida, hemos experimentado dificultades tan fuertes que nos desanimamos y queremos dejar la misión encomendada, como le pasaba al profeta Jeremías. Él era pacífico, pero tenía grandes contrariedades: anunciaba el mensaje de Dios y la respuesta de los oyentes eran insultos y burlas. A pesar de ser muy dura la misión confiada, quería permanecer fiel, no obstante, en medio de estas contradicciones le brotaba la queja al Señor, como muchas veces nos pasa a nosotros, cuando no todo va según nuestros planes. En la misión de cada uno, a veces se nos presenta la cruz, pero, Dios siempre está con nosotros y si somos fieles a Dios, como Jeremías, aunque nos cueste ir contracorriente, al final El nos protege, nos salva y nos llena de paz y alegría.
Por eso en el evangelio, Jesús asocia el Reino de Dios a vidas que sienten y desprenden alegría. Es cierto que la alegría en la historia nunca será plena ni definitiva. Somos la iglesia militante que peregrina en la historia amenazada constantemente por la herida y el desconsuelo. Hasta en este tiempo estival seguimos experimentando la fragilidad que acompaña lo humano. Pero el tesoro escondido de la fe es justo la posibilidad de ir descubriendo en medio del barro, el tesoro de la presencia y de la compañía de Dios. Jesús nos invita a desarrollar una mirada que no se conforma con lo evidente, sino que es capaz por ser limpia de corazón de descubrir el Dios que habita la realidad.
El regalo de una conversación que acaricia el alma con un grupo de amigos. Es tesoro la creación, “la casa común”. Ojalá que en estos días nuestra mirada se impresione ante la belleza de un paisaje, ante la inmensidad del mar, ante un amanecer o una puesta de sol. La belleza de la música, el regalo de una explosión de alegría que se traduce en carcajadas, ante una ocurrencia o una conversación llena de humor. Quizá llamaos tesoros a experiencias extraordinarias y exclusivas, pero el tesoro que nos invita a vivir Jesús es la manera de reconocer lo amados que somos en todos los detalles de una jornada.
Me alegraré, Señor por tu bondad, proclamamos en el Salmo. Que la “Alegría del Evangelio” que nos invita a vivir el papa Francisco se convierta en la señal inequívoca que somos discípulos de Jesús. Que cada día antes de irnos a dormir, seamos capaces de hacer recuento de la cantidad de tesoros descubiertos y agradecidos compartamos con los demás el asombro de ser observadores de lo invisible.
Hoy que celebramos la Memoria de San Ignacio de Loyola, cuya conversión tuvo lugar durante su convalecencia después de su herida en la ciudadela de Pamplona y se originó con un ejercicio de introspección que ha quedado como modelo; lo plasmaría en las «reglas para el discernimiento de espíritus» que incorporó en su libro de Ejercicios Espirituales; pidamos su intercesión para que a imitación suya, merezcamos ser coronados, con él, en el cielo.
Textos Consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/07/31/lleno-de-alegria/
- https://es.catholic.net/op/articulos/29695/cat/305/como-un-tesoro-escondido.html#google_vignette
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=31-07-2024
Palabra de Vida Mes de julio “ El Señor es mi pastor, nada me puede faltar” (Salmo 23, 1) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Julio 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.