- Hch 10, 25-26. 34-35.44-48
- Sal 97
- 1 Jn 4, 7-10
- Jn 15, 9-17
Hay una palabra que resuena en las lecturas de este domingo: “amor”. ¿Pero no pensáis que es una palabra que aparece algo desgastada de tanto usarla o por no usarla bien? Sin embargo, Jesús la escoge para decir cómo es Dios. Dios es amor y por ello es una realidad fácilmente comprensible, accesible porque ¿quién no entiende qué es el amor? ¿Quién no desea ser amado?
Siguiendo la exhortación del Maestro, “permanezcan en mi amor”, el Papa destacó que “para poder lograr esta difícil meta de la vida es necesario cumplir con los mandamientos de Dios que Jesús resumió en uno solo «Amaos los unos a los otros como yo os he amado“. Decir “no” a otros amores: dinero, éxito y poder. Estos caminos engañosos -aseveró Francisco- nos alejan del amor al Señor y nos llevan a ser cada vez más egoístas, narcisistas y prepotentes. La prepotencia conduce a una degeneración del amor, a abusar de los demás, a hacer sufrir a la persona amada“
En su discurso de despedida Jesús interpreta su vida y su muerte como dos momentos de un único acto de amor. Lo que ha movido su vida es lo que ha recibido del Padre: el amor más grande. El amor capaz de “dar la vida por sus amigos”, el amor que da vida olvidándose de sí mismo. El amor que Jesús relaciona con la amistad. En castellano, la palabra amigo comparte raíz con la palabra amor y con el verbo amar. El amor de Jesús nos envuelve, pero la garantía de permanecer fieles en ese amor es su origen. Aunque pensemos lo contrario, el amor que sentimos por Jesús no nace en nosotros, sino que provine de Dios. Viene lo alto, porque Dios es amor. Y como dirá la segunda lectura: “todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios”.
El amor viene de Dios, nace en él y se comunica a todos sus hijos. Por eso, la vida cristiana debe ser la praxis del amor. Si verdaderamente queremos saber quién es Dios, la carta de Juan nos ofrece un camino concreto: aprendiendo a ser hijos suyos; ¿cómo? amando a los hermanos.
Si queremos ser eternamente felices, no hay más que un camino: amando. Y sepamos, pues, que en ello, la iniciativa la ha tenido Dios mismo: entregándonos a su Hijo, dándonos a nosotros lo que más ama.
San Juan nos habla del “nacer” de Dios y “conocer” a Dios. Ya sabemos que el “conocer” es un verbo bíblico de tonos especiales que no contempla primeramente lo intelectual, sino lo que hoy llamamos lo “experiencial”. Tener experiencia de Dios es sentir su amor, por eso la Palabra de Vida de este mes nos dice. “Quien no ama, no ha conocido a Dios porque Dios es Amor.”
Estamos en el mes que tradicionalmente recordamos como mes de María. Recordar a María significa siempre acoger al Espíritu Santo, protagonista del tiempo de Pascua. Vivir a la sombra de la Palabra de Dios que tomó carne en su vientre virginal. Contemplar a y con María es volver a Jesús y a la alegría del evangelio, porque María nos dice constantemente “Haced lo que Él os diga”, creced en capacidad para la ternura, que es la forma más madura del amor humano. La ternura de Dios no hace aceptación de personas, como nos ha recordado la primera lectura. Fruto de la Pascua, la Iglesia es el Pueblo de Dios donde cabemos todos, todos, todos.
Este relato, se conoce como el “Pentecostés pagano”, ya que Lucas ha querido centrar la escena de Hch 2, en los judíos y su mundo. El relato muestra la experiencia intensa de gozo, en la que pudieron notar la fuerza de la salvación que Dios quiere ofrecer, incluso a los paganos. Es el Espíritu del resucitado, pues quien lleva la iniciativa en la misión. Y es que la Iglesia, si no se deja conducir por el Espíritu, no podrá tener futuro. Los que acompañan a Pedro, judeo-cristianos, se asombran de que Dios, el Espíritu, pueda ofrecerse a los paganos. Pedro, tiene que justificar que Dios no hace acepción de personas porque tiene un proyecto universal de salvación; de ahí que pida el bautismo para los paganos en nombre de Jesús, porque si el Espíritu se ha adelantado es para abrir caminos nuevos.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia, nos dice el Salmista. Sé que pertenezco a un ejército victorioso. Tu victoria ha llegado porque tu has llegado; tu has andado los caminos del hombre y las hablado su lengua; tu has gustado su miseria y las llevado a cabo su redención; tu has hallado la muerte y has restaurado la vida. Robustece mi fe y abre mis ojos para hacerme ver que tu victoria ya ha llegado, aunque quede velada bajo apariencias humildes que ocultan la gloria de toda la realidad celestial mientras seguimos en la tierra. Hazme gustar tu victoria para que pueda proclamarla con los labios.
Textos insultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2021-05/papa-francisco-regina-coeli-9-mayo-2021.html
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/
- Libro Busco Tu Rostro. Autor, Carlos G. Vallés.
Palabra de Vida Mes de Mayo 2024. “Quien no ama, no ha conocido a Dios porque Dios es Amor.” 1Jn 4, 8
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.