https://youtu.be/jaL9bTifGyc?si=8PsW5TJ7xFUXq5CX
- Hch 22, 3-16; o bien Hch 9, 1, 22
- Sal 116
- Mc 16, 15-18
Con esas dos preguntas hechas por San Pablo cuando el Señor lo llamó, iniciamos hoy que celebramos precisamente la Fiesta de la conversión de este gran discípulo del Señor, la reflexión de hoy.
La conversión de Pablo representa lo que ocurre cuando hay un encuentro verdadero con Jesús. Dos preguntas que necesitan ser respondidas:
(1) ¿Quién eres, Señor? – La pregunta de la identidad
(2) ¿Qué quieres que haga, Señor? – La pregunta de la actividad
Mientras estas dos preguntas no se respondan apropiadamente, no podremos saber el significado verdadero de ser cristiano.
La primera pregunta la resuelven muchos —o creen resolverla—, pero no produce los efectos deseados. «Sí, sé quién es Jesús. Creo que Jesús existe». Esa es la creencia intelectual. Es como la fe de los demonios —según nos enseña Santiago—, que creen en Dios, ¡y tiemblan! Pero el verdadero conocimiento de Dios nos lleva a reconocer que él:
Es Dios – El resplandor de la luz de Dios cegó a Pablo… y lo hizo temblar.
Es quien nos conoce – «Saulo, Saulo…». Nada hay que podamos ocultar de él.
Es Jesús, el Salvador. No hay otro camino. No hay otra manera.
Es quien da las órdenes. No hay otro Señor. Solo él.
Si bien —como ya dijimos— la primera pregunta creen responderla muchos, no produce los resultados esperados… ¿cuáles son?
Dios nos salva de la condenación eterna, sin ninguna duda, pero también nos salva para que podamos vivir de acuerdo a sus parámetros. Es decir, Dios nos SALVA DE ALGO, pero también nos SALVA PARA ALGO. Mientras no preguntemos: «¿Qué quieres que haga, Señor?» jamás disfrutaremos de la vida cristiana verdadera. Dios nos salva para que prediquemos su salvación y para que actuemos dentro de su Iglesia a través de los dones espirituales que él también nos da. ¿Qué significó para Pablo?
Espera que se te diga – Descansa en mí. Pablo era un hombre muy activo que actuaba según su propia comprensión de las cosas; a partir de aquel encuentro, primero tuvo que esperar y luego tuvo que actuar de acuerdo a las indicaciones de Dios.
Eres un instrumento escogido. Dios nos elige, para llevarnos de la oscuridad a su luz. Nos escoge para un fin; para llevar adelante sus planes a través de nosotros.
Llevarás mi nombre a todas partes. Esta es una tarea que nos compete a todos. Proclamar el nombre de quien nos ha salvado.
Padecerás por mi nombre. No siempre el camino será fácil, cuesta abajo, habrá veces que tendremos que batallar y sufrir por amor a Cristo. Pero tenemos la promesa de que Dios nos sostendrá.
Serás lleno del Espíritu Santo. No estaremos solo ni desvalidos. Seremos empoderados con el Espíritu Santo, que nos guiará y nos recordará todas las cosas que el Señor Jesús ha enseñado. Es un poder… es una promesa.
El mensaje de Jesús es siempre nuevo porque el amor todo lo hace nuevo. Nadie ama por obligación, dejémonos iluminar por él.
Este pasaje nos muestra con mucha claridad lo que significa la conversión. En muchos cristianos se tiene la idea de que la conversión es pasar de ser malo a ser bueno, y aunque de alguna manera se pueda aplicar este pensamiento, la conversión es algo mucho más profundo, pues implica dejar de ser lo que se era para reiniciar una vida dirigida por el Espíritu Santo, implica dejarse tocar interiormente por Dios, permitirle entrar hasta el último rincón de nuestra vida y dejar que su Espíritu lo guíe e ilumine. Esto hace de la persona una “nueva creatura”, como el mismo Pablo lo propondrá.
San Pablo fue estrepitosamente zarandeado hasta caer en la cuenta de que el camino de la salvación era otro camino.
Con la exhortación a predicar por todo el mundo que nos hace el Señor en el texto del Evangelio, va unida la tesis de que la fe y el bautismo son requisitos necesarios para la salvación: «El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará». Además, Cristo garantiza que a los predicadores se les dará la facultad de hacer prodigios o milagros que habrán de apoyar y confirmar su predicación misionera. La misión es grande —«Id por todo el mundo»—, pero no faltará el acompañamiento del Señor: «Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20).
La tarea que nos pide Cristo en el evangelio de hoy, consiste entonces, en ser cauce para que muchos puedan ver a Dios, conocerle y amarle. La Iglesia nace y adquiere su identidad más profunda cuando se sabe instrumento para que todos los hombres lleguen al conocimiento de Dios. Jesucristo es la luz más hermosa que ilumina a la humanidad.
“Queridos hermanos y hermanas, nos dice el Papa Francisco, por nosotros mismos no somos capaces de liberarnos de nuestras malas comprensiones de Dios y de la violencia que se incuba en nuestro interior. Sin Dios, sin su gracia, no nos curamos de nuestro pecado. Su gracia es la fuente de nuestro cambio. Nos lo recuerda la vida del apóstol Pablo, que hoy recordamos. No podemos lograrlo nosotros solos, pero con Dios todo es posible; solos no podemos, pero juntos es posible. En efecto, el Señor pide a los suyos que se conviertan, juntos. La conversión —esta palabra que se repite tanto, pero que no siempre es fácil de entender— se pide al pueblo; tiene una dinámica comunitaria, eclesial. Por tanto, creamos que también nuestra conversión ecuménica avanza en la medida en que nos reconocemos necesitados de gracia; necesitados de la misma misericordia; sabiendo que todos dependemos en todo de Dios, nos sentiremos y seremos, con su ayuda, verdaderamente uno (cf. Jn17,21), hermanos de verdad.”
Pídele a Dios con todo tu corazón que tú puedas tener también esta experiencia interior, que puedas llegar a tener “un encuentro de ojos abiertos y corazón palpitante con Jesús.
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=25-01-2024
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2023/documents/20230125-vespri-unitacristiani.html#:~:text=Sin%20Dios%2C%20sin%20su%20gracia,podemos%2C%20pero%20juntos%20es%20posible.
- https://vivelabiblia.com/las-dos-preguntas-de-pablo/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/01/25/25-enero-conversion-de-san-pablo-apostol/
- https://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
Palabra de Vida Mes de Enero 2024. Amarás al Señor, tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo.” (Lucas 10, 27) https://www.focolare.org/conosur/news/2023/12/31/palabra-de-vida-enero-2024/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.