https://youtu.be/K-DNd3gttr8?si=Yf0q_Gf6FgdgasxZ
- 1 Jn 3, 7-10
- Sal 97
- Jn 1, 35, 42
¿Qué buscas? Esta es la pregunta que el Señor nos hace hoy en la liturgia a todos y en cuya respuesta están implícitas un montón de cosas buenas. San Juan nos dice en la primera que quien está del lado de Dios será justo, no pecará si Dios está en él. Pero para eso hemos de creer verdaderamente, es decir: nuestro corazón debe amar a Dios por encima de todas las cosas, y a su hermano como se nos dice al final del párrafo. Nadie que de verdad se entregue a Dios, que tenga la conciencia de que viene de Dios, será capaz de ofenderle con el pecado. Pecar se resume en no amar al prójimo; todo aquel no que ama a su prójimo es un pecador, alejado de Dios y en relación con el diablo, por lo tanto, si queremos ser hijos de Dios, hemos de vivir como vivió el Hijo de Dios, Jesús, nuestro Señor.
Hoy, el Evangelio nos recuerda las circunstancias de la vocación de los primeros discípulos de Jesús. Para prepararse ante la venida del Mesías, Juan y su compañero Andrés habían escuchado y seguido durante un tiempo al Bautista. Un buen día, éste señala a Jesús con el dedo, llamándolo Cordero de Dios. Inmediatamente, Juan y Andrés lo entienden: ¡el Mesías esperado es Él! Y, dejando al Bautista, empiezan a seguir a Jesús.
Jesús oye los pasos tras Él. Se gira y fija la mirada en los que le seguían.¿Qué buscan?” Esta es la pregunta que el Señor nos hace a todos y en cuya respuesta están implícitas un montón de cosas buenas. “
Las miradas se cruzan entre Jesús y aquellos hombres sencillos. Éstos quedan prendados. Esta mirada remueve sus corazones y sienten el deseo de estar con Él: «¿Dónde vives?» le preguntan. Es decir: buscamos a un auténtico maestro que nos enseñe lo que es la vida, buscamos el lugar donde reside esa vida y si se puede alcanzar de alguna manera, queremos saber cuál es el misterio de su identidad, quién eres y quiénes son los tuyos, con quién vives, quiénes son tu madre y tus hermanos….
Jesús les dijo: “Vengan y vean”. Si entramos en una tienda y buscamos algo en concreto, podemos preguntar a uno de los empleados dónde podemos encontrar, por ejemplo, aceite de oliva. Ese empleado puede limitarse a decirnos dónde encontrarlo, o puede acompañarnos al pasillo y mostrarnos lo que buscamos. Ir más allá de las meras indicaciones verbales es siempre más eficaz y más cariñoso. Este acto básico de cortesía y de acompañar a una persona que pregunta, es también aplicable a nuestra fe. Hablar de nuestra fe está bien, pero invitar realmente a los amigos a ‘ven a ver”. por sí mismos es más poderoso. Llevarlos a misa, a un grupo de oración o incluso a un grupo de discusión cristiana en línea puede ser mucho más enriquecedor. El lema “Ven a ver… Caminemos juntos… y te ayudaré a llevar a Cristo” es una forma maravillosa de pensar en la evangelización. Este acompañamiento es exteriorizar nuestra fe interior en las comunidades en las que vivimos. Muestra el deseo de conocer a nuestro prójimo, su historia, sus preocupaciones y sus inquietudes. El Papa Francisco lo expresó de manera hermosa: “El acompañamiento nos enseña a quitarnos las sandalias ante el suelo sagrado del otro”… y caminar en los pasos de Jesús, como en nuestra fotografía.
“Fueron y se quedaron con él aquel día”. Como cuando los de Emaús invitaron al amable compañero de camino. “Quédate con nosotros que la tarde está cayendo” y “entró para quedarse con ellos”.
Lo que allí se habló nadie lo sabe. Lo que sabemos es que, en aquella hora, “eran las cuatro de la tarde”, la vida de Juan y Andrés dio un cambio radical. Y no solo sus vidas, sino que, desde ese momento, como las ondas en la superficie de unas aguas en calma, la presencia de Jesús llegaría como en círculos concéntricos a otros muchos más; algunos tan esenciales como Santiago y Simón, sus hermanos, que también se convertirán en los más íntimos amigos de Jesús.
Para llamarnos Dios se vale de muchas formas, porque no hay duda de que nos sigue llamando, de que sigue tocando nuestro corazón, de que sigue inspirándonos nuestra vocación. Y es que Jesús es tan poderosamente atrayente, y sus palabras llenas de amor son capaces de seducir al corazón más duro. Hoy hemos reflexionado cómo los oyentes del Bautista quedaron embelesados con la presencia de Jesús y lo empezaron a seguir. Nosotros cuando perdemos el miedo a hablar de Él y tomamos la decisión de comunicar la Buena Nueva, vamos ayudando a nuestros hermanos a descubrir a Jesús, se realiza el mismo prodigio que hoy hemos visto: la gente se interesa por Él a tal punto de preguntar: ¿Dónde vives?, que es como decir: “¿En dónde te puedo encontrar, Maestro?, quiero estar siempre contigo”. Y es que la palabra de Jesús es tan arrolladora y atrayente que, en quien la empieza a escuchar, nace una gran sed y un deseo genuino de conocerlo con profundidad.
Es cuestión de no acallar el deseo ni reprimir las preguntas. Al final siempre nos encontraremos con él, que para eso se ha hecho carne, para que podamos encontrarlo y abrazarlo y experimentar esa mirada del creador que lleno de estupor ante la belleza de lo creado no puede dejar de exclamar: “¡es bueno que tú existas!”. A esa petición, a esa búsqueda y a esa llamada se refería Jesús cuando dijo: “Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama se le abre”.
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/01/04/donde-el-corazon-te-lleve/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=04-01-2024
- https://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://christian.art/es/daily-gospel-reading/john-1-35-42-2021/
Palabra de Vida Mes de Enero 2024. Amarás al Señor, tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo.” (Lucas 10, 27) https://www.focolare.org/conosur/news/2023/12/31/palabra-de-vida-enero-2024/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.