https://youtu.be/yLRN0vFtL_k?si=lo2llAh3_xJvacTX
- Ml 3, 1-4. 23-24
- Sal 24
- Lc 1, 57-66
En la liturgia de hoy como todos estos días de Adviento, el Señor nos ha ofrecido los medios para preparar nuestro corazón y acogerlo con docilidad y confianza.
Así, hoy en el texto de la primera lectura, se nos anuncia al mensajero que prepara la llegada del Señor. La profecía de Malaquías se cumple en Juan Bautista, quien es uno de los personajes principales de Adviento, que nos invita a prepararnos con oración y penitencia para la venida del Señor.
Y nos dice el pasaje que “cumplirá su misión, a su estilo”; bien sabemos que la misión de todos los profetas de todas las épocas fue siempre preparar el corazón de los fieles para acoger bien al Señor, y de una manera especial.
También nos cuestiona: “Quién podrá soportar el día de su venida? “. Creo que El Papa Benedicto XVI nos responde a este cuestionamiento cuando afirma que “la fe no es simplemente la adhesión a un conjunto de dogmas, completo en sí mismo, que apagaría la sed de Dios presente en el alma humana. Al contrario, proyecta al hombre, en camino en el tiempo, hacia un Dios siempre nuevo en su infinitud. Por eso, el cristiano al mismo tiempo busca y encuentra… El descubrimiento del “rostro de Dios” no se agota jamás. Cuanto más entramos en el esplendor del amor divino, tanto más hermoso es avanzar en la búsqueda, de modo que “amore crescente inquisitio crescat inventi”, “en la medida en que crece el amor, crece la búsqueda de Aquel que ha sido encontrado” Entonces en la medida que nuestra fe crezca, esa sed de su Amor, hará que lo busquemos y cuando lo encontremos en la Plenitud, el esplendor de su Amor Divino nos transformará para siempre.
El evangelio, nos relata el nacimiento de Juan el Bautista y el nombre a ponerle en su circuncisión a los ocho días. En nuestra sociedad, el nombre que nos imponen de pequeños no tiene gran importancia. Pero para la sociedad de entonces el nombre era muy importante. Tenía mucho que ver con la vida de esa nueva criatura, con lo que iba a ser. A Moisés, que fue salvado de morir ahogado, le llamaron Moisés porque significa “salvado de las aguas”. A Jesús le llamó su madre Jesús porque significa “el que salva”, “el salvador”. A Juan le querían llamar Zacarías como a su padre, entre otras cosas para que siguiese ejerciendo el servicio sacerdotal en el Templo judío, como su padre… Pero su madre se opuso y le llamaron Juan. Juan significa “Dios es propicio”, “Dios se ha apiadado”, “Dios es misericordia”. Juan fue escogido por Dios para ser el precursor, el presentador de su Hijo Jesús. Y en su nombre lleva el mensaje, la noticia que ha de difundir. Su misión, al señalarnos a Jesús, es la de decirnos que Dios está de nuestra parte porque Dios se muestra propicio a nosotros y no está en contra de nosotros, porque Dios se apiada siempre de nosotros y nunca nos condena, porque Dios derrama siempre con nosotros su misericordia, su ternura y nunca su estricta justicia y su estricto castigo. Se llamará Juan. “Dios es propicio”, “Dios se ha apiadado”, “Dios es misericordia”.
Zacarías, no podía hablar, así que tomó lo que tenía a la mano y así el plan de Dios continuó adelante; y nos dice que en ese momento todos se “maravillaron“; pues que estos dos últimos días antes de nuestra fiesta de Navidad, hagamos lo posible para que la gente se sienta invitada a vivirla con un espíritu diferente, con paz y con amor. Cada uno de nosotros, podemos ser el instrumento para que Dios llegue a los corazones, para ello es necesario que lo acojamos con gozo y lo compartamos con sincero corazón para que la gente se dé cuenta de que la presencia de Cristo en el mundo es una realidad y que él es la única posibilidad que tiene para ser verdaderamente feliz. Nuestra sonrisa, nuestra alegría, nuestra sencillez ante las cosas y el mundo, son la mejor invitación para que el mundo crea.
A esto nos insta la Palabra de Vida de este mes, tomada de la primera carta a los Tesalonicenses, 5, 16-18: “Estén siempre alegres. Oren sin cesar. Den gracias a Dios en toda ocasión: esto es lo que Dios quiere de todos ustedes, en Cristo Jesús”
Por eso con el Salmista digámosle al Señor: “Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina, Tu eres nuestro Dios y Salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. “
Terminamos con la última Antífona de la O (Emmanuel): “Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos: ven a salvarnos, Señor Dios nuestro.”
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://liturgiapapal.org/index.php/manual-de-liturgia/m%C3%BAsica-lit%C3%BArgica/395-las-ant%C3%ADfonas-de-la-o.html
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=23-12-2023
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://es.catholic.net/op/articulos/37137/cat/504/envio-mi-mensajero-delante-de-ti-para-prepar-tu-camino.html#modal
- https://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
Palabra de Vida Mes de Diciembre 2023
““Estén siempre alegres. Oren sin cesar. Den gracias a Dios en toda ocasión: esto es lo que Dios quiere de todos ustedes, en Cristo Jesús” (Primera Carta a los Tesalonicenses, 5, 16-18) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.