https://youtu.be/zLVAzl-g8sg
- Jb 42, 1-3. 5-6. 12-18
- Sal 118
- Lc 10, 17-24
La liturgia de hoy nos enseña que si Job solo conocía a Dios de oídas; en Jesús se revela Dios a la gente sencilla.
Y lo primero que se nos revela; que Dios es Padre, cinco veces lo repite, para aprender en el Hijo a vivir como hijos.
En Jesús, se revela que el reino del bien, dominio de Dios, destruye al reino del mal.
Grandes lecciones nos deja el libro de Job:
- No se puede hablar de Dios y del sufrimiento de memoria, sino desde la experiencia vital.
- Para el ser humano es bueno guardar silencio ante la persona que sufre y hacerlo con respeto.
- Job se plantea ¿Cómo creer en un Dios bueno y explicar la presencia del mal? Job busca un encuentro desnudo con Dios… no es misterio fácil el del dolor, el mal; o el misterio de la vida.
- Dios, le hace saber a Job, que solo conoce una parte de su proyecto y Job reflexiona: Te conocía solo de oídas, ahora que estoy desposeído de todo te veo, es decir, ahora se da un progreso que me trae el mensaje de una presencia imposible de captar, pero necesaria para vivir.
El Salmo complementa estas enseñanzas al decir: “sufrir fue provechoso para mí, pues aprendí, Señor, tus mandamientos.
El evangelista Lucas nos narra el hecho que da lugar al agradecimiento de Jesús para con su Padre por los beneficios que ha otorgado a la Humanidad.
La gratitud no es una virtud muy “usada” o habitual, y, en cambio, es una de las que se experimentan con mayor agrado. Debemos reconocer que, a veces, tampoco es fácil vivirla.
Explica el Papa Francisco que el Evangelio nos habla que estos setenta y dos regresaron de su misión llenos de alegría, porque habían experimentado el poder del Nombre de Cristo contra el mal. Jesús lo confirma: a estos discípulos Él les da la fuerza para vencer al maligno. Pero agrega: “No estéis alegres porque se os someten los espíritus… Y es que, como nos indica el Pontifice, no debemos gloriarnos como si fuésemos nosotros los protagonistas: el protagonista es uno solo, ¡es el Señor! Protagonista es la gracia del Señor. Él es el único protagonista. Nuestra alegría es sólo esta: ser sus discípulos, sus amigos.”
Sin embargo de labios de Jesús brotó seguidamente, una de las frases más preciosas de la historia: “vosotros estad alegres porque vuestros nombres están escritos en el cielo”. ¿Se puede decir algo más bonito que esto? Creo que tanto el contenido como la forma de esta expresión son completamente maravillosos.
Por un lado, Jesús revela en donde reside la verdadera alegría, cuál es el motivo definitivo y último por el que debemos sentirnos dichosos: somos ciudadanos del cielo, Jesús nos ha preparado una morada en la casa del padre, nuestro destino es vivir con él.
Pero por otro lado, esta realidad se expresa con unas palabras preciosas: “Vuestros nombres están escritos en el cielo”.
Estas palabras me evocan al profeta Isaías, que dice que Dios nos lleva tatuados en las palmas de sus manos, que es una expresión de la mutua pertenencia: somos suyos y el también es nuestro; estamos marcados por él y él está marcado por nosotros.
“Vuestros nombres están escritos en el cielo”, nos habla de algo que ya es un hecho, como cuando San Pablo dice “en esperanza ya estáis salvados”. Y es que es muy distinto vivir pensando que uno tiene que conseguir, merecer, alcanzar… que vivir sabiendo que ya se nos ha dado aquello que anhelamos.
Acabamos de leer como: “En aquella misma hora Jesus se llenó del Espíritu Santo”, y como María en casa de Zacarías e Isabel, prorrumpe en un cántico de alabanza al Padre porque todo lo ha hecho bien. Y en concreto, por esconder los misterios a los que se creen sabios, a los que este mundo considera grandes intelectuales, y habérselo revelado a los sencillos, los que el mundo desprecia porque los considera inferiores.
Jesus se estaba refiriendo a sus discípulos, desde entonces y los de hoy. Nosotros somos estos que Jesús llama amigos y no siervos, porque todo lo que le ha dado el Padre nos lo ha dado a conocer.
Para acoger el regalo de Dios, que es la fe en Jesús, hay que hacerse sencillos; creerse sabio ante Dios es poner una barrera a la comprensión de los misterios del Reino.
Dichosos vuestros ojos si saben ver en Dios al Padre y en el prójimo al hermano.
En la fiesta de Santa Teresa del Niño Jesús mira con qué sencillez lo vivió ella y por su intercesión pedimos al e ñor la gracia de seguir confiadamente el camino que ella hizo en vida para que podamos contemplar como ella la gloria eterna.
Bibliografía.
- Folleto La Misa de Cada Día
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://es.catholic.net/op/articulos/8379/cat/331/dichosos-los-ojos-que-ven-lo-que-veis.html#modal
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/10/01/mi-nombre-esta-escrito-en-el-cielo/
Palabra de Vida Mes de Octubre 2022
“Porque no nos dio el Señor a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza».2 Tim 1,7 https://ciudadnueva.com.ar/octubre-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.