- Hch 1, 1-11
- Sal 46
- Heb 9, 24-28; 10, 19-23
Al contemplar la Ascensión del Señor, la glorificación de Jesucristo, en quien se anticipa nuestra victoria, redescubriremos la responsabilidad que nos compete a cada uno de los bautizados. Hoy es un día gozoso en el peregrinaje de la fe, alentados por el ejemplo de nuestro hermano mayor, Cristo Jesús, entronizado en la gloria de Dios. Él es quien anticipa y plasma nuestros anhelos más íntimos, pues es el mismo que bajó del cielo asumiendo las limitaciones de nuestra condición humana.
Reflexionemos con el Papa Francisco quien nos dice: “A partir de aquel día para los apóstoles y para todo discípulo de Cristo fue posible habitar en Jerusalén y en todas las ciudades del mundo, también en las más atormentadas por la injusticia y la violencia, porque sobre todas las ciudades está el mismo cielo y cualquier habitante puede alzar la mirada con esperanza. Jesús, Dios, es un hombre verdadero, con su cuerpo de hombre está en el cielo. Y esta es nuestra esperanza, es nuestra ancla, y nosotros estamos firmes en esta esperanza si miramos al cielo. En este cielo habita aquel Dios que se ha revelado tan cercano que llegó a asumir el rostro de un hombre, Jesús de Nazaret. Él permanece para siempre el Dios-con-nosotros —recordemos esto: Emmanuel, Dios con nosotros— y no nos deja solos. ”
La doble escenificación que nos ha dejado san Lucas en las lecturas de hoy, disocia intencionadamente dos aspectos complementarios de una misma realidad: el mismo Jesús resucitado que en el relato evangélico asciende al cielo bendiciendo a los apóstoles, en el relato del Libro de los Hechos se hace presente previamente entre ellos durante cuarenta días hablándoles del Reino de Diosantes de que una nube le oculte a sus ojos.
¿Por qué este desdoblamiento del único misterio pascual? La doble perspectiva le sirve al evangelista para establecer el punto de enlace y conexión entre el Jesús ascendido y la Iglesia, animada por el Espíritu, que asume ahora su misión. Los cuarenta días simbólicos dedicados a la instrucción de los apóstoles, así como la mención del Reino y de Jerusalen es una forma de expresar que la obra de Jesucristo continua en la iglesia apostólica y que es la nueva forma como El sigue presente en el mundo para salvarlos , pues su Iglesia quedaba perfectamente equipada y preparada para su tarea evangelizadora: cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros, seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines de la tierra.
El salmista nos presenta un himno que nos sirve para proclamar que la Ascención de Cristo es ya nuestra victoria, pues somos el cuerpo que del que nunca se ha separado n desmentidos aquel que es nuestra cabeza. Y nos invita a meditar si: ¿Me siento partícipe de la victoria de Jesucristo y, cuáles situaciones de mi vida muestran que el triunfo de Cristo tiene repercusiones en mi historia?
Por su parte, en la 2ª lectura, el apóstol Pablo se sumerge también en ese clima contemplativo de la supremacía del Cristo glorioso elevando su súplica ardiente al Señor para que conceda a sus fieles un espíritu de sabiduría y de revelación, de modo que puedan así conocerlo plenamente y gozar de la esperanza a la que han sido llamados, de la herencia gloriosa que les está reservada.
El mensaje del evangelio nos debe llevar a que recordemos la “misión que” nos sigue confiada: «Vosotros seréis testigos de estas cosas» (Lc 24,48). La Palabra de Dios sigue siendo actualidad viva hoy: «Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo (…) y seréis mis testigos» (Hch 1,8) hasta los confines del mundo. La Palabra de Dios es exigencia de urgente actualidad: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación» (Mc 16,15).
En esta Solemnidad resuena con fuerza esa invitación de nuestro Maestro, que —revestido de nuestra humanidad— terminada su misión en este mundo, nos deja para sentarse a la diestra del Padre y enviarnos la fuerza de lo alto, el Espíritu Santo.
Pero yo no puedo sino preguntarme: —El Señor, ¿actúa a través de mí? ¿Cuáles son los signos que acompañan a mi testimonio? Algo me recuerda los versos del poeta: «No puedes esperar hasta que Dios llegue a ti y te diga: ‘Yo soy’. Un dios que declara su poder carece de sentido. Tienes que saber que Dios sopla a través de ti desde el comienzo, y si tu pecho arde y nada denota, entonces está Dios obrando en él».
Esta es la fiesta que ensancha el corazón creyente para que, colmado de esperanza y alegría, lo abra generosamente al horizonte misional de la próxima fiesta de Pentecostés. Los ángeles despertaron a los discípulos galileos de su sueño, absortos en lo que contemplaban sus ojos, para instarles a testificar lo contemplado, para impulsarlos en la exigente tarea de la misión eclesial desde la mirada de Dios.
Bibliografía:
- https://www.vaticannews.va/es/evangelio-de-hoy.html
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/05/29/domingo-29-de-mayo-de-2022-la-ascension-del-senor/
Palabra de Vida Mes de Mayo 2022
“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros» (Jn 13, 34) https://www.focolare.org/espana/es/news/2022/05/01/mayo-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.