https://youtu.be/tzeFoR1qt6k
- Eclo 47, 2-13
- Sal 17
- Mc 6, 14-29
La primera lectura del día de hoy elogia al rey David tras habernos mostrado ayer su partida de este mundo. En pocos versículos nos muestra distintos aspectos de su larga y fecunda vida, desde la elección de Dios, su docilidad y correspondencia a esta llamada, es justo reconocer como hace el texto sagrado, su sincero amor a Dios, su arrepentimiento, su petición de perdón y la abundante misericordia que Dios derramó sobre él, manteniendo firme la alianza que le había prometido, pues Dios siempre es fiel a su amor y amistad con el hombre y no quiere jamás la muerte del pecador, sino que se convierta de su conducta y que viva.
Otro de los aspectos que elogia el autor sagrado es el culto que constantemente David tributaba a Dios con cánticos y salmos compuestos por él mismo, llenos de alabanzas, peticiones y acciones de gracias. Hoy día muchos seguimos orando a Dios con estas mismas oraciones.
Este corto pasaje de uno de los libros de la sabiduría de Israel pues, pondera lo valioso que es permanecer en la presencia del Señor y buscar con todo el corazón, agradarlo y hacer su voluntad.
Nos muestra lo importante que es buscar con todo nuestro corazón a Dios durante nuestra vida, pues solamente él es quien puede librarnos de nuestro egoísmo y de todo aquello que pudiera evitar que seamos plenamente felices. Nos muestra también, cómo David reconocía que todo cuanto acaecía en su vida, tenía como origen a Dios y por eso lo honraba con todo su ser.
Nosotros también vayamos descubriendo que, tanto en los éxitos como en los trabajos, Dios está en medio de ellos; que todo cuanto tenemos procede de su mano generosa, y de esta manera irnos convirtiendo en parte de este grupo de adoradores que glorifica y bendice a Dios por su infinita bondad y misericordia para con el ser humano. Demos gloria a Dios en nuestra vida y él consolidará nuestros proyectos, la familia y en todo cuanto emprendamos , veneremos resplandecer la gloria de Dios.
Marcos nos narra el martirio de Juan el Bautista presentándonos varios personajes:
Jesús cuya fama iba creciendo y que no dejaba indiferente a nadie, formándose cada cual una opinión sobre su persona.
Juan el Bautista tenía buena fama, por que dice el evangelio que cuando la fama de Jesús se extendió y llegó a oídos de Herodes (que aunque fuese de un país pequeño era rey) éste pensó que se trataba de Juan el Bautista y otros lo ponen al nivel del mismísimo Elías.
¿De dónde viene la fama de Juan? Recordamos el elogio que Jesús le dedica también en el evangelio: “no ha nacido de mujer uno mayor que él…”
Herodes veía en él a Juan a quien había mandado asesinar vilmente por cobardía al no querer enfrentarse a su ilegítima esposa con la que Juan decía que no le era lícito estar por ser la mujer de su hermano.
Herodías no soportaba que un pobre harapiento le echase en cara su pecado, su no obrar bien…
La hija de Herodías: afirma el Papa Francisco que “era muy buena bailando, hasta el punto de que los comensales y el rey, la elogiaron mucho. Y el rey, en su entusiasmo –en un entusiasmo provocado por demasiado vino y por tanta gente invitada- le hizo una promesa a esta chica vanidosa: “Te daré todo lo que me pidas”. Herodes utilizó las mismas palabras que Satanás usó para tentar a Jesús: “Si me adoras te daré todo, todo el reino, todo”. Herodes, sin embargo, ni se daba cuenta que estaba usando esas mismas palabras. Porque detrás de estos personajes estaba satanás, sembrador de odio en Herodías, sembrador de vanidad en la muchacha, sembrador de corrupción en el rey. Y el “hombre más grande nacido de mujer” terminó solo, en una celda oscura de la cárcel, por el capricho de una bailarina vanidosa, por el odio de una mujer diabólica y por la corrupción de un rey indeciso. Es un mártir, que dejó que su vida disminuyese, disminuyese, disminuyese, para dar espacio al Mesías.”
Hoy en día muchos cristianos tenemos una tentación muy poderosa que es la de querer caer bien a todo el mundo … incluso a costa de la verdad. No queremos desagradar y lo peor es que disfrazamos esa cobardía de misericordia. Callamos verdades molestas aterrorizados por la posibilidad del rechazo y la burla. Juan hubiera conservado la cabeza y la buena fama de que gozaba, incluso ante el mismísimo rey, si no hubiera sido tan rígido. ¿Quién era él para juzgar? Juan, lo políticamente correcto hubiera sido decirle a Herodes que tener a la mujer de su hermano estaba bien, ¿o es que no tiene uno derecho a ser feliz y a rehacer su vida?, ¿por qué te metiste en camisas de once varas? Mira que le caías bien al rey, ¿no podías haber sido un poco más tolerante?
Otros cristianos tienen otra tentación o quizá manía: la de ser pepito grillo constantemente. Uno tiende a pensar en Juan el Bautista como alguien áspero, severo, austero y no sé cuantas cosas desagradables más, pero no debía ser así. Era apreciado en la frívola corte del rey Herodes y este lo escuchaba con agrado. Además de sabio debía ser un hombre de trato amable y con poca tendencia a escandalizarse facilmente.
La cobardía siempre será causa de injusticias. De la misma manera que Jesús es condenado por cobardía, así fue la suerte para san Juan. Y esta es la suerte que corren muchos de nuestros hermanos a manos de personas “buenas” pero cobardes.
Hombres y mujeres que saben que lo que harán es una injusticia, pero ante el temor de perder su “buena fama”, su posición, su trabajo, son capaces de cometer las peores atrocidades. Nosotros no estamos exentos de experimentar esta cobardía, pues nuestra naturaleza es débil y ante una situación extrema, podríamos correr el riesgo de traicionar a Jesús y su evangelio. De ahí la importancia de la oración y de la vida de intimidad con Jesús.
Una vez más, la experiencia enseña que una virtud ha de ir unida a todas las otras, y todas han de crecer orgánicamente, como los dedos de una mano. Y también que cuando se incurre en un vicio, viene después la procesión de los otros.
Ya lo decía el Maestro: “Velen y oren para que no caigan en la tentación”. Cuando se presenta ante nosotros una situación de injusticia no hay lugar para la cobardía. El amor a Cristo nos apremia y habrá llegado el momento de mostrarnos verdaderamente como cristianos. ¿Estás preparado?
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p style=”text-align: center;”>En definitiva, el cristiano equilibrado sabe cómo amar al prójimo como a sí mismo y a la verdad como a su propia fama.
Palabra de Vida Mes de Febrero 2022
«Al que venga a mí no lo echaré fuera» (Jn 6, 37) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.