San Juan de la Cruz, presbítero y doctor de la Iglesia.
https://youtu.be/vguUHJMPuI8
- Sof 3, 1-2. 9-13
- Sal 33
- Mt 21, 28-32
La historia de Israel nos muestra que a pesar de nuestra rebeldía Dios no se cansa de esperar, pues quiere hacer de nosotros un pueblo de “labios puros, que invoque al Señor y lo sirva”. Aprovechemos, pues, esta nueva oportunidad que Dios nos brinda durante el tiempo de Adviento para progresar en nuestro camino de conversión.
Al hilo de la memoria de San Juan de la Cruz, doctor de la Iglesia y místico de fama universal por ser maestro de vida interior, recordamos que el primer paso en ese camino hacia Dios es la vía purgativa, la de quitarnos lo que estorba, el lastre. Y sobre todo ese lastre tiene la forma descrita hoy por Sofonías: la orgullosa arrogancia. Después viene la vía iluminativa y, por último, la vía unitiva, más cercana al Cielo que a la tierra por tratarse de la contemplación de Dios.
Nos comenta la Hna. Virgilia León Garrido O.P. que la primera lectura consta de dos partes, según el contenido: La primera, son los dos primeros versículos que constituyen una queja dolorosa de Dios, al ver que Jerusalén, lejos de oír su voz, de escuchar su llamada, de buscarle y arrepentirse con sincero corazón, se ha convertido en ciudad rebelde, impura, opresora, ciudad atea. No obedecen, no aceptan ninguna corrección, ni confían, ni se acercan al Señor. Viven ausentes de Dios, Él no tiene cabida en esta sociedad materialista, le han expulsado fuera.
En la segunda parte de la lectura, Sofonías nos presenta a Dios que se desborda generosamente en promesas de restauración mesiánica. “Yo daré, yo transformaré los pueblos”,-es la salvación universal-, purificaré sus labios para que todos invoquen el nombre del Señor…, mis hijos dispersos me aportarán ofrendas y todos unidos, me servirán.
Anuncia lo que será el comienzo de una era nueva, que verá la conversión y la afluencia de paganos en el pueblo de Dios: visión mesiánica y universalista. Es emocionante oír que el mismo Dios llama a los «paganos» sus «hijos dispersos» (V10). Dios no se olvida de ninguno… ¡incluso cuando éstos le olvidan o le olvidemos!
El final del texto describe con especial ternura a un pueblo renovado: sencillo y humilde, el “resto de Israel”, signo de esperanza salvadora. Es como el anuncio de lo que sucedió en Belén y que dentro de unos días somos invitados a hacerlo vida en nuestra historia.
Con este evangelio, y al acercarnos cada vez más a la Navidad, Jesús nos recuerda que no basta decir “Señor, Señor”, sino que debemos hacer la voluntad del Padre. Creer en Jesús implica responder a las exigencias del evangelio. Asistir a misa, rezar, confesarse es algo muy bueno, pero no agota la existencia cristiana.
Decirle a Jesús que “sí”, implica comprometerse a hacer lo que Dios nos pide, aunque esto, como en el caso de María, no siempre sea fácil. Por ello, no basta leer la Biblia, es necesario poner todo nuestro esfuerzo en hacerla vida; Dios hará el resto.
El Papa Francisco nos explica que “cuando abrimos el corazón en la verdad de nuestros pecados, es el lugar privilegiado del encuentro con Jesucristo.
Reconocer nuestra miseria, reconocer lo que nosotros somos y lo que somos capaces de hacer o hemos hecho es precisamente la puerta que se abre a la caricia de Jesús, al perdón de Jesús, a la Palabra de Jesús «Ve en paz, tu fe te ha salvado», porque has sido valiente y has abierto tu corazón al único que puede salvarte.”
Palabra de Vida Mes de Diciembre 2021
«¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Se-ñor!» (Lc 1, 45) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2021.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.