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Liturgia del 18 de noviembre 2021. El verdadero ejemplo de lo que Dios espera de nosotros.

Posted on noviembre 18, 2021noviembre 18, 2021

https://youtu.be/wutuIb7uKLs

  • Mac 2, 15-29
  • Sal 49
  • Lc 19, 41-44

Una de las razones que nos da la gente para obrar de una manera que no siempre va de acuerdo al Evangelio es: “Todo el mundo lo hace (lo dice, lo ve, etc.)”. 

“Pero, nos explica el Papa Francisco, ¿dónde está el peligro? Dejarse resbalar poco a poco porque es una caída con anestesia, no te das cuenta, pero poco a poco vas resbalando, relativizas las cosas y pierdes la fidelidad a Dios. Cuántas veces nos olvidamos del Señor y entramos a negociar con otros dioses: el dinero, la vanidad, el orgullo. Pero esto se hace lentamente y si no nos sostiene la gracia de Dios, todo estará perdido.”

En esta primera lectura, como nos comenta Fray Manuel Santos Sánchez O.P., vemos cómo el rey Antico manda a los judíos ofrecer unos sacrificios que no podían ofrecer. Muchos, yendo en contra de su Dios, realizan esto sacrificios. Pero Matatías, fiel judío, con toda su familia, no acepta el mandato del rey. “Dios me libre de abandonar la ley y nuestras costumbres. No obedeceremos las órdenes del rey, desviándonos de nuestra religión a derecha ni a izquierda… después se echó al monte con sus hijos, dejando en el pueblo cuanto tenía”.

Con ello nos da un verdadero ejemplo de lo que Dios espera de nosotros. Nuestra alianza bautismal es mucho más grande y hermosa que la que habían celebrado los israelitas, pues nuestra alianza fue sellada con la sangre de Cristo. Seamos valientes y defendamos nuestros principios y vivamos siempre conforme al Evangelio.

Hoy, afirma el Rev. D. Blas RUIZ i López, la imagen que nos presenta el Evangelio es la de un Jesús que «lloró» (Lc 19,41) por la suerte de la ciudad escogida, que no ha reconocido la presencia de su Salvador. Conociendo las noticias que se han dado en los últimos tiempos, nos resultaría fácil aplicar esta lamentación a la ciudad que es —a la vez— santa y fuente de divisiones.

Pero mirando más allá, podemos identificar esta Jerusalén con el pueblo escogido, que es la Iglesia, y —por extensión— con el mundo en el que ésta ha de llevar a término su misión. Si así lo hacemos, nos encontraremos con una comunidad que, aunque ha alcanzado cimas altísimas en el campo de la tecnología y de la ciencia, gime y llora, porque vive rodeada por el egoísmo de sus miembros, porque ha levantado a su alrededor los muros de la violencia y del desorden moral, porque lanza por los suelos a sus hijos, arrastrándolos con las cadenas de un individualismo deshumanizante. En definitiva, lo que nos encontraremos es un pueblo que no ha sabido reconocer el Dios que la visitaba (cf. Lc 19,44).

Sin embargo, nosotros los cristianos, no podemos quedarnos en la pura lamentación, no hemos de ser profetas de desventuras, sino hombres de esperanza. Conocemos el final de la historia, sabemos que Cristo ha hecho caer los muros y ha roto las cadenas: las lágrimas que derrama en este Evangelio prefiguran la sangre con la cual nos ha salvado.

Qué podemos hacer para reparar esta increencia que todos llevamos dentro, en mayor o menor medida? Igual puedes pensar que no tienes increencia, pero, a poco que peques -y aquí pecamos todos-, ya has mirado a otros lado en un momento en que la fe te exigía otra cosa. Es una forma de increencia en tanto que la fe, sin las obras, no se termina de entender.

Repetimos: ¿Cómo podemos consolar al Señor hoy de manera excepcional? ¡Un detalle de enamorado! Puede ser un ratito más de oración, puede ser un detalle con esa persona que nos cuesta un poquito más; puede ser una renuncia explícita al pecado y a las insinuaciones de Satanás; puede ser una confesión bien hecha -e incluso una general, de toda la vida-, en la que pidamos al Señor, una vez más, un sano perdón por las veces que le hemos hecho llorar; puede ser hablar de Jesús a alguien en tu ambiente. No sé, cada cual tiene en su vida un aspecto en el que poder consolar al Señor. ¡Pero hagámoslo!

Palabra de Vida Mes de Noviembre 2021

“Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5, 9) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida


Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre 2021.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.

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