Hola mis queridos lectores, hoy terminando el mes de la biblia continuamos con la tercera clave para sacar el jugo a la Biblia: El contexto es fundamental para comprender el texto.
Hay una disciplina eclesiástica que enseña las reglas para entender el significado de los libros sagrados. Se llama hermenéutica. La principal norma que sugiere es el examen del contexto: una atenta lectura de lo que viene antes y de lo que viene después, nos ayuda a entender párrafos o capítulos que se presentan difíciles y oscuro.
Dios no solo inspira la Biblia, sino que nos la dio para que cuando nuestras mentes finitas no puedan darle sentido al mundo que nos rodea, tengamos una base sólida de verdad para estabilizar nuestros corazones y nuestras mentes.
Hay una frase muy popular entre los cristianos que dice: «Un texto fuera de contexto es un pretexto». ¡Esto es algo muy cierto! Hay muchas ideas erróneas esparcidas por todo el mundo, pero algo sorprendente es cuando estas provienen de una mala interpretación de la Biblia.
Tomar frases y versículos fuera de contexto casi siempre lleva a malos entendidos. Pablo instruye a Timoteo a interpretar rectamente la Palabra de Dios: «Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad» 2 Timoteo 2:15. El buen uso de la Palabra de Dios no es un asunto de poca importancia, el mismo apóstol Pedro enseña en 2 Pedro 3:16 que los «ignorantes e inconstantes tergiversan… [las Escrituras] …para su propia perdición».
Es importante estudiar los pasajes e historias bíblicas dentro de su contexto. Tomar versículos fuera de contexto lleva a toda clase de error y malas interpretaciones. La comprensión del contexto comienza con cuatro principios: el sentido literal (lo que dice), el marco histórico (eventos de la historia, para quién está dirigido y cómo fue comprendido en ese tiempo), la gramática (la palabra o frase inmediata dentro de la cual se encuentra una palabra o frase) y la síntesis (la comparación con otras partes de la Escritura). El contexto es crucial para la exégesis bíblica. Después de considerar la naturaleza literal, histórica y gramatical de un pasaje, debemos enfocar nuestra atención en la estructura del libro, luego el capítulo, y después, del párrafo. Todo esto está comprendido en el “contexto”.
Asi, La razón principal por la que es importante estudiar la Biblia en contexto es para obtener una comprensión correcta del pasaje. El malentender una porción de la Biblia puede llevar a aplicarla de manera incorrecta en nuestras vidas, así como a enseñar algo equivocado a los demás. Esto es todo lo contrario del deseo de Dios para nuestras vidas, que incluye conocer Su Palabra con precisión, aplicarla en nuestras propias vidas y enseñarla a otros, siguiendo el ejemplo de Esdras: “Esdras se había dedicado por completo a estudiar la ley del Señor, a ponerla en práctica y a enseñar sus preceptos y normas a los israelitas.” Esdras 7:10.
Otra preocupación respecto a sacar a la Biblia de contexto es la tentación de hacer que la Biblia diga lo que nosotros queremos que diga en lugar de lo que originalmente quería decir. Aquellos que han tomado este enfoque equivocado han usado las Escrituras para “probar” una amplia variedad de prácticas como “bíblicas”. Sin embargo, una práctica solo es bíblica si se basa en una comprensión precisa de las Escrituras que incluye el estudio del contexto que rodea un pasaje.
La Biblia lleva cuentos en diferentes formas literarias con diferentes intenciones detrás de ellos. Gran parte del Nuevo Testamento está compuesto por cartas a iglesias y personas, los Salmos son canciones y poesía, Moisés se aseguró de que el Antiguo Testamento estuviera lleno de historia que nos cuenta las primeras interacciones de Dios con la humanidad. Al notar la estructura, los temas e incluso las elecciones gramaticales, vemos más del mensaje. Estos elementos literarios actúan como el lenguaje corporal de las palabras sagradas.
El distinto uso del lenguaje bíblico
Al escribir sus libros, los autores sagrados usan, por supuesto, un lenguaje apropiado al contenido de los mismos. Así, el lenguaje bíblico es empleado con distintas modalidades llamados géneros literarios.
Los géneros literarios fundamentales en la Biblia son tres y corresponden a la triple clasificación, que ya conocemos de los libros bíblicos como históricos, proféticos y diácticos. Hay pues un género literario histórico, uno profético y otro didáctico.
Los libros históricos de la Biblia tienen su clásico lenguaje narrativo: conciso, lineal, a veces con largas disgresiones y, a veces, reducido a listas de nombres.
Los libros proféticos tienen su peculiar lenguaje simbólico: elocuente, patético, recio, visionario.
Los libros didácticos tienen un lenguaje doctrinal: sentencioso, claro, directo y con frecuencia poético.
Con excepción del género profético, exclusivo de la Biblia, el género histórico y el género didáctico son muy conocidos y usados en cualquier literatura. Debemos, sin embargo, tener en cuenta que el modo actual de escribir un libro formativo o un libro de historia es muy distinto de como se hacía en los tiempos en que se escribieron los libros bíblicos. En especial, en lo que se refiere a la historia.
A continuación, se presentan cuatro preguntas que pueden funcionar como una guía a la hora de estudiar un pasaje de la Biblia.
1.-¿Cuál era el contexto histórico del escritor bíblico y de sus lectores? Tanto para comprender conceptos como para interpretar los textos es fundamental comprender el contexto histórico, social, cultural e incluso económico en que cada uno de los Libros Sagrados fue escrito.
Existe un abismo histórico y cultural entre nosotros y los escritores bíblicos. Muchas ilustraciones y referencias serán entendidas de mejor manera si tenemos un panorama de aquellos tiempos. Los antiguos narraban la historia con criterios bastante distintos a los usuales en los tiempos modernos. Hoy en día la historia es una ciencia: se procura narrar con toda exactitud el hecho histórico, se busca ir a fondo hasta en los detalles. Se cuenta, a tal fin con muchos medios de investigación.
Para los antiguos, la historia era un arte y procuraban sacar del hecho histórico las correspondientes enseñanzas más que la minuciosa y detallada descripción del mismo.
Por otra parte, los antiguos contaban con escasos recursos para la investigación.
Así, los historiadores bíblicos, según los criterios de sus tiempos, procuraron transmitirnos más que una detallada narración de los hechos históricos, las enseñanzas provenientes de los mismos.
Resulta, pues, que el cuadro histórico de las narraciones bíblicas es serio pero incompleto.
Jesús, por ejemplo, enseñó parábolas utilizando ilustraciones de cosas cotidianas para la gente a la que enseñaba. Muchas de éstas pueden ser interpretadas de manera espontánea, pero para otras requerirá que hagamos un estudio más detallado del texto. Hoy en día existen muchos comentarios bíblicos y Biblias de estudio que pueden facilitarnos este análisis para una correcta interpretación del pasaje.
2.-Cuál es el contexto inmediato del pasaje bajo estudio? El contexto inmediato, está integrado por los versículos que están antes y después del texto que se estudia. Está integrado por todas las porciones bíblicas más remotas en relación con el texto que se interpreta.
Algo que hacemos con frecuencia es aislar un versículo y estudiarlo de manera individual. Es importante analizar los bloques de contenido anteriores y subsiguientes a ese pasaje. En el Nuevo Testamento, por ejemplo, encontramos muchas cartas escritas a diferentes iglesias. ¿Cuántos de nosotros, al recibir una carta, leemos solo fragmentos de esta? La naturaleza misma de las epístolas demanda que el texto sea leído de manera completa.
3.- ¿Cuál es el propósito del texto? Una vez que hemos analizado los dos puntos anteriores, será mucho más sencillo poder entender el propósito del texto bajo estudio. ¿Por qué fue escrito eso? ¿Qué problemática estaba tratando? ¿Qué circunstancias provocaron dicha enseñanza?
Tomando como ejemplo la epístola a los Hebreos, el contexto histórico nos dice que dicha carta fue escrita a creyentes judíos, que al enfrentar persecución, querían volver al judaísmo. Esto nos ayuda a entender que el propósito o la intención del autor es persuadirlos de que no abandonen la fe. Otro consejo muy práctico para encontrar el propósito es prestar mucha atención a las frases repetitivas y a las exhortaciones del texto.
4.- ¿Qué otros pasajes de la Escritura hablan acerca de este tema? La Biblia se interpreta con la Biblia misma. Si no tenemos claridad de algún pasaje, es importante que estudiemos otras porciones de la Escritura para tener un entendimiento más completo del tema que estamos estudiando. Algo maravilloso de las Escrituras es su perfecta coherencia y armonía. Encuentra otras referencias para tener una comprensión más robusta y así evitar caer en interpretaciones subjetivas.
Ya vimos cómo abundan en el lenguaje bíblico las imágenes literarias. Son medios para comunicarnos el pensamiento. Cometeríamos un grave error al tomarlas al pie de la letra, como hechos reales. Ya vimos, también, cómo los hechos narrados por la Biblia son histórcos, aún cuando no sean referidos con la exactitud científica de detalles que exigen nuestros actuales criterios para narrar la historia. Debemos, pues, leer la historia bíblica con el mismo criterio con el cual fue escrita y tener en cuenta que el fin del escritor sagrado no es ponernos al tanto de hechos históricos, sino de transmitirnos el mensaje de la salvación (mensaje salvífico) que a través de la realidad d elos mismo se viene realizando.
Afirma Chara Donahue, que si crees en Cristo, tienes el Espíritu Santo dentro de ti. No podrías encontrar un maestro, consejero o dador de sabiduría mayor; Antes de comenzar tu estudio, solicita su instrucción. En 1 Juan 5:14 , tenemos esta promesa: “Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si le pedimos algo de acuerdo con su voluntad, él nos escucha“. Podemos estar seguros de que buscar una comprensión más profunda de la Biblia está dentro de su voluntad para nosotros, pero no podemos simplemente preguntar, necesitamos escuchar.
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p dir=”ltr”>Siempre habrá más para encontrar a medida que exploramos la palabra de Dios. Como dijo Jesús en Juan 6:63 , “El Espíritu da vida; la carne no cuenta para nada. Las palabras que te he dicho, están llenas del Espíritu y de la vida ”. No podemos olvidar que cuando leemos la Biblia, estamos interactuando con un ser santo, el ser más santo . Leer la palabra de Dios no es una actividad independiente, Dios siempre está contigo. Déjalo ser tu guía y te darás cuenta de que incluso si luchas por encontrar tu camino, con él, nunca te perderás.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Setiembre 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.