?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/Ch4FDPmHdm0
- 1 Tes 4, 1-8
- Sal 96
- Mt 25, 1-13
Hoy que recordamos la vida de Santa Mónica cuya determinación y entereza de ánimo, su inteligencia, su amor materno y su fidelidad a la Iglesia resultaron decisivas en la conversión religiosa de su hijo. Una vida que es un modelo para muchas madres y es patrona de las mujeres casadas y de las madres cristianas, así como de las víctimas de abusos, los alcohólicos o los matrimonios con problemas; el texto de la primera lectura nos deja claro que, como dice Fran Manuel Santos Sánchez, lo que quiere Dios de nosotros es una vida sagrada. Una vida sagrada es la que está a favor de Dios y a favor del hombre. Bien sabemos que Jesús ha unido íntimamente todo lo relativo a Dios y al hombre. Para él, Dios evidentemente es sagrado, nunca podemos profanarlo ni ir en contra de él. Pero sagrado es también el hombre. Tan sagrado lo consideró Jesús que fue capaz de morir por él, por nosotros. Nunca podemos profanarlo ni ir en contra del hombre, de cualquier hombre. “Nadie pase por encima de su hermano ni se aproveche con engaño”.
Dando pasos positivos, una vida sagrada consiste en amar a Dios con todas nuestras fuerzas y amar al hermano con todas nuestras fuerzas. Con todo lo que significa amar. Vivir el amor en relación con Dios y el hermano, y nunca profanar el amor. Lo sagrado para Dios es que vivamos bien y no mal, una vida feliz, dichosa y no una vida infeliz y desdichada.
Nos explica el Papa Francisco que “ser cristiano significa tener la alegría de pertenecer totalmente a Cristo, el único esposo de la Iglesia, e ir a él como se va a una fiesta de bodas. […] Jesús es el novio, el novio que se casa con la Iglesia, el novio que ama a la Iglesia, que da su vida por la Iglesia. ¡Y Jesús hace esta fiesta de bodas! Jesús nos pide la alegría de la fiesta, la alegría de ser cristianos. Y también nos pide la totalidad.
El Señor nos recuerda en el Evangelio afirma el Rev Rev. D. Joan Ant. MATEO i García , que hay que estar siempre vigilantes y preparados para encontrarnos con Él. A media noche, en cualquier momento, pueden llamar a la puerta e invitarnos a salir a recibir al Señor. La muerte no pide cita previa. De hecho, «no sabéis ni el día ni la hora» (Mt 25,13).
Vigilar no significa vivir con miedo y angustia. Quiere decir vivir de manera responsable nuestra vida de hijos de Dios, nuestra vida de fe, esperanza y caridad. El Señor espera continuamente nuestra respuesta de fe y amor, constantes y pacientes, en medio de las ocupaciones y preocupaciones que van tejiendo nuestro vivir.
Y esta respuesta sólo la podemos dar nosotros, tú y yo. Nadie lo puede hacer en nuestro lugar. Esto es lo que significa la negativa de las vírgenes prudentes a ceder parte de su aceite para las lámparas apagadas de las vírgenes necias: «Es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis» (Mt 25,9). Así, nuestra respuesta a Dios es personal e intransferible.
No esperemos un “mañana” —que quizá no vendrá— para encender la lámpara de nuestro amor para el Esposo. Carpe diem! Hay que vivir en cada segundo de nuestra vida toda la pasión que un cristiano ha de sentir por su Señor. Es un dicho conocido, pero que no estará de más recordarlo de nuevo: «Vive cada día de tu vida como si fuese el primer día de tu existencia, como si fuese el único día de que disponemos, como si fuese el último día de nuestra vida». Una llamada realista a la necesaria y razonable conversión que hemos de llevar a término.
Que Dios nos conceda la gracia en su gran misericordia de que no tengamos que oír en la hora suprema: «En verdad os digo que no os conozco» (Mt 25,12), es decir, «no habéis tenido ninguna relación ni trato conmigo». Tratemos al Señor en esta vida de manera que lleguemos a ser conocidos y amigos suyos en el tiempo y en la eternidad.
Palabra de Vida Mes de Agosto 2021
“El que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos.” (Mateo 18, 4) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Agosto 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.