?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/K27H3FwY-m4
- Núm 13, 1-2. 25-14, 1. 26-29. 34-35
- Sal 105
- Mt 15, 21-28
En el pasaje que hemos leído en la primera lectura, podemos notar una de las actitudes más frecuentes en el pueblo de Dios, es decir, en nosotros mismos: la desconfianza. “¿Será posible que Dios pueda salvarnos?, ¿Será posible que él pueda hacer lo que nos prometió?, ¿Será lo suficientemente poderoso para…?”
El pueblo de Israel había visto con qué poder lo había sacado de Egipto, cómo había abierto ante él las aguas del mar Rojo, cómo los había alimentado con pan del cielo, cómo les había dado de comer carne, y, a pesar de todas estas pruebas de su poder, todavía dudan que pueda darles la tierra que les prometió a sus padres.
Si analizamos nuestra vida, encontraremos que este pasaje se ha repetido y se continúa repitiendo. ¿Cuántas veces Dios nos ha probado su amor y misericordia?, ¿Cuántas veces lo ha hecho para toda su Iglesia? ¿No somos testigos de señales maravillosas como el que una Virgen conciba, que un Muerto resucite, que el pan se convierta en Carne y el vino en Sangre? Entonces, ¿por qué desconfiamos del poder, del amor y de la misericordia de nuestro Dios?
El relato nos invita a que pensemos cuál es nuestra actitud: la de confianza en Dios a pesar de encontrase con dificultades para ser lo que hemos de ser, y hacer lo que tenemos que hacer; o nos arredramos ante esas dificultades y nos echamos atrás, como nos comenta fray Juan José de León Lastra O.P.
Se nos brinda aquí también, una exhortación a tener confianza en el Señor, él cumplirá, a su debido tiempo, lo que te ha prometido. Ten fe, Dios no te dejará a medio camino, sino que te llevará al lugar que mana “leche y miel” y vencerá a todos tus enemigos. Sólo confía en él.
Al explicarnos el texto del evangelio el Papa Francisco hace énfasis en que ”la fuerza interior de esta mujer, que permite superar todo obstáculo, hay que buscarla en su amor materno y en la confianza de que Jesús puede satisfacer su petición. […] Este episodio evangélico nos ayuda a entender que todos tenemos necesidad de crecer en la fe y fortalecer nuestra confianza en Jesús. Él puede ayudarnos a encontrar la vía cuando hemos perdido la brújula de nuestro camino; cuando el camino no parece ya plano sino áspero y arduo; cuando es fatigoso ser fieles con nuestros compromisos. Es importante alimentar cada día nuestra fe, con la escucha atenta de la Palabra de Dios, con la celebración de los Sacramentos, con la oración personal como «grito» hacia Él —«Señor, ayúdame»—, y con actitudes concretas de caridad hacia el prójimo…
Hoy, afirma el Rev. D. Jordi CASTELLET i Sala, escuchamos a menudo expresiones como “ya no queda fe”, y lo dicen personas que piden a nuestras comunidades el bautizo de sus hijos o la catequesis de los niños o el sacramento del matrimonio. Esta palabra ve el mundo en negativo, muestra el convencimiento de que cualquier tiempo pasado fue mejor y que ahora estamos al final de una etapa en la que no hay nada nuevo que decir, ni tampoco nada nuevo por hacer. Evidentemente, se trata de personas jóvenes que, en su mayoría, ven con un cierto tono de tristeza que el mundo ha cambiado tanto, desde sus padres, que quizás vivían una fe más popular, que ellos no se han sabido adaptar. Esta experiencia les deja insatisfechos y sin capacidad de reacción cuando, de hecho, quizás están a la entrada de una nueva etapa que conviene aprovechar.
Este pasaje del Evangelio capta la atención de aquella madre cananea que pide una gracia para su hija, reconociendo en Jesús al Hijo de David: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está malamente endemoniada» (Mt 15,22). El Maestro queda sorprendido: «Mujer, grande es tu fe», y no puede hacer otra cosa que actuar a favor de aquellas personas: «que te suceda como deseas» (Mt 15,28), aunque parezca que no entran en sus esquemas. No obstante, en la realidad humana se manifiesta la gracia de Dios.
“Cuántas veces, continua el Pontífice, pensamos que por insistir demasiado nos hacemos pesados. Pero, ¿podía aquella mujer que tenía una hija endemoniada dejar pasar de largo a Jesús sin hacer todo lo posible? Ciertamente no. Lo suyo es una prueba de fe y una enseñanza para todos nosotros que, fácilmente, desistimos en nuestras peticiones cuando no se cumple inmediatamente lo que deseamos. Por eso Jesús alaba la fe de aquella mujer. Una expresión del deseo es la fe. La fe de aquella mujer es realista. Sabe que no va a quedar con las manos vacías. Sabe de la bondad del Señor y por eso se acerca con absoluta confianza de lo que da prueba el diálogo que establece con Jesús.”
Pidamos al Señor, como nos indica la Oración Colecta en este día que nuestra Iglesia Católica recuerda a San Juan María Vianey Presbítero, que como a él lo hizo admirable, por su celo pastoral, que a ejemplo suyo y por su intercesión, ganemos para Cristo, con la caridad, a los hermanos y con ellos podamos alcanzar la gloria eterna.
Palabra de Vida Mes de Agosto 2021
“El que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos.” (Mateo 18, 4) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Agosto 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.