Gozar de buena fama se refiere a al prestigio, notoriedad, reputación, buen concepto y aprecio que los demás tienen de cada uno de nosotros. Ella produce honor, renombre, crédito en la sociedad a la que se pertenece. La naturaleza social del hombre le lleva, en la medida que es normal, a buscar que los demás tengan buen concepto o idea de él.
Y a quién no le gusta gozar de buena fama, es por ello que hoy vamos a reflexionar en cómo tener buena fama sin dejar de ser creyentes, por lo que a continuación expondremos siete de los consejos que la biblia nos da para tener buena fama.
1. Encomendar todo a Dios
Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán.
(Proverbios 16:3)
Todo lo que hacemos debemos ponerlo en las manos de Dios. Tenemos que reconocer que dependemos de él porque él nos creó y sabe lo que es mejor para nosotros. Debemos sacar tiempo para escuchar la voz de Dios y permitirle que guíe nuestros pasos. De esa forma nuestros proyectos se harán una realidad y saldrán adelante porque estarán alineados con su voluntad.
2. Tener humildad
El temor del Señor imparte sabiduría; la humildad precede a la honra.
(Proverbios 15:33)
La humildad es clave. Un corazón humilde ante Dios es uno receptivo a su dirección, uno que toma tiempo para escucharle y se deleita ante su presencia. La persona humilde tiene un temor reverente ante Dios. Se mueve con prudencia y sabiduría impulsada por Dios y no por sus propias emociones.
3. Deleitarnos en la Palabra de Dios
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera! (Salmo 1:1-3a)
La Palabra de Dios nos insta a ser prudentes. Para gozar de buena fama, debemos saber qué hacer y qué no. Discernir a quién escuchar y a quién no, y evitar meternos por caminos que no son agradables a Dios. Necesitamos deleitarnos en la palabra del Señor y meditar en ella día y noche alimentando el espíritu en busca de la sabiduría que viene de Dios. Así es como gozaremos de buena fama: al dar prioridad a lo que es importante para Dios.
4. Obedecer los mandamientos de Dios
Ahora, cumplan con cuidado las condiciones de este pacto para que prosperen en todo lo que hagan. (Deuteronomio 29:9)
La obediencia a los mandamientos de Dios trae bendición y buena fama. La bendición mayor es la de sabernos dentro de su voluntad lo cual nos llena de una paz incomparable. Pero Dios bendice de muchas maneras a los que le obedecen. Si nos mantenemos atentos veremos su obrar cada día y sentiremos su bendición en todo lo que hacemos.
5. Ser amables y andar en la verdad
Que nunca te abandonen el amor y la verdad: llévalos siempre alrededor de tu cuello y escríbelos en el libro de tu corazón. Contarás con el favor de Dios y tendrás buena fama entre la gente. (Proverbios 3:3-4)
Debemos mostrar amor a los demás así como Dios lo tiene para con nosotros. También debemos andar en la verdad. No podemos gozar de buena fama mintiendo, engañando o tramando hacer daño a los demás. De Dios recibimos amor y verdad a diario, hagamos lo mismo con los que nos rodean. ¿El resultado? Contaremos con su favor y seremos estimados por los demás.
6. La buena fama debe acercarnos a Dios
“Dios te pondrá a la cabeza de los pueblos y no a la cola; siempre estarás encima y nunca debajo si cumples los mandamientos de Yavé, tu Dios, que yo hoy te prescribo, guardándolos y poniéndolos en práctica, sin apartarte ni a la derecha ni a la izquierda, para seguir y adorar a otros dioses.” Deut 28, 13-14
En medio de los triunfos debemos mantener nuestros ojos enfocados hacia Dios y andar siempre en obediencia a él. No debemos permitir que nuestra fama nos envanezcan alejándonos de Dios y de su voluntad para nuestras vidas. Todo lo contrario. Nuestra actitud debe ser de agradecimiento y de sumisión a él glorificando su nombre pues es gracias a su bondad que tenemos todo lo que necesitamos.
7. Dar siempre la gloria a Dios
No se te ocurra pensar: “Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos”. Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para producir esa riqueza.(Deuteronomio 8:17-18a)
Todos nuestros triunfos vienen de Dios. Él nos da la inteligencia, las fuerzas y los medios para conseguirlos. Por eso debemos recordar darle la gloria a él. Esta actitud humilde, llena de gratitud que glorifica a Dios, debe surgir de lo profundo de nuestro ser y dirigir nuestros pensamientos. Es fácil decir con la boca que todo es «gracias a Dios», pero lo que realmente importa es que esta sea la certeza profunda de nuestro corazón.
Esas son algunas de las actitudes que te guiarán a una vida de fama como la gozaba Timoteo ante los hermanos, por lo que Pablo quiso llevarlo consigo. Hch 16.
El Papa Francisco nos exhorta “Es cierto que los miembros de la Iglesia no tenemos que ser “bichos raros”. Todos tienen que sentirnos hermanos y cercanos, como los Apóstoles, que «gozaban de la simpatía de todo el pueblo» (Hch 2,47; cf. 4,21.33; 5,13). Pero al mismo tiempo tenemos que atrevernos a ser distintos, a mostrar otros sueños que este mundo no ofrece, a testimoniar la belleza de la generosidad, del servicio, de la pureza, de la fortaleza, del perdón, de la fidelidad a la propia vocación, de la oración, de la lucha por la justicia y el bien común, del amor a los pobres, de la amistad social.
La Iglesia de Cristo siempre puede caer en la tentación de perder el entusiasmo porque ya no escucha la llamada del Señor al riesgo de la fe, a darlo todo sin medir los peligros, y vuelve a buscar falsas seguridades mundanas.”
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.
Bibliografía:
Primera referencia
Segunda referencia
Tercera Referencia