Definida en el diccionario bíblico como un atributo o una calidad aplicada en la Biblia tanto a Dios como a los seres humanos. Dios es constante y leal, fiel en guardar sus promesas e inmutable en su naturaleza ética. Generalmente se asocia la fidelidad de Dios con sus promesas misericordiosas de salvación. Los hombres fieles son aquellos de los cuales se puede depender para cumplir con sus responsabilidades y con su palabra. El NT tiene llamados frecuentes a la fidelidad. Es uno de los frutos del Espíritu (Gal 5:22).
La fidelidad está ligada a la fe. Fiel es el que tiene fe. La fe consiste en la confianza depositada, generalmente en Dios, pero también en una persona. La fe exige una respuesta convencida y estable a la que llamamos precisamente fidelidad. Dios es el primero que es fiel. Su amor no es voluble, es para siempre. De Él, mejor que de nadie, que es “el siempre fiel”;. La fidelidad en el hombre consiste en una respuesta permanente a un compromiso dado, a una alianza, a un pacto.
En el hogar se aprende a ser fiel. Los hijos tienen como maestros a sus propios padres. La fidelidad de los esposos no es tan sólo el estar juntos, sino el crecer cada día en el amor que se tienen.
Ejemplo lo tenemos en San José como nos continua explicando en el Mensaje del Papa Francisco en la Jornada Mundial de las Vocaciones; “…además de la llamada de Dios —que cumple nuestros sueños más grandes— y de nuestra respuesta —que se concreta en el servicio disponible y el cuidado atento—, hay un tercer aspecto que atraviesa la vida de san José y la vocación cristiana, marcando el ritmo de lo cotidiano: la fidelidad. José es el «hombre justo» (Mt 1,19), que en el silencio laborioso de cada día persevera en su adhesión a Dios y a sus planes. En un momento especialmente difícil se pone a “considerar todas las cosas” (cf. v. 20). Medita, reflexiona, no se deja dominar por la prisa, no cede a la tentación de tomar decisiones precipitadas, no sigue sus instintos y no vive sin perspectivas. Cultiva todo con paciencia. Sabe que la existencia se construye sólo con la continua adhesión a las grandes opciones”, esto dijo el Pontífce corresponde a la laboriosidad serena y constante con la que “desempeñó el humilde oficio de carpintero (cf. Mt 13,55), por el que no inspiró las crónicas de la época, sino la vida cotidiana de todo padre, de todo trabajador y de todo cristiano a lo largo de los siglos. Porque la vocación, como la vida, sólo madura por medio de la fidelidad de cada día”.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.