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Liturgia del 22 de diciembre 2025. Proclama mi alma la grandeza del Señor.

Posted on diciembre 22, 2025

LITURGIA DE LA PALABRA

Introducción 

Dentro de un par de días celebraremos ya la vigilia de Navidad con la que finalizará nuestro Adviento. De la mano de la Palabra de Dios continuamos avivando nuestra fe en la persona divina de Jesús e, inseparable siempre de él, la persona humana de la Santísima Virgen.

La liturgia nos brinda este recordatorio constante de la grandeza de Dios en nuestra vida, este llamado a la alegría espiritual, a la humildad y a la acción de gracias, haciendo nuestra la misión de proclamar a Cristo, el Salvador.

Lectura del primer libro de Samuel 1, 19b-20. 24-28

Elcaná se unió a su esposa Ana, y el Señor se acordó de ella. Ana concibió, y a su debido tiempo dio a luz un hijo, al que puso el nombre de Samuel, diciendo: “Se lo he pedido al Señor”. 

Cuando el niño dejó de mamar, lo subió con ella, llevando además un novillo de tres años, una medida de harina y un odre de vino, y lo condujo a la Casa del Señor en Silo. EI niño era aún muy pequeño. Y después de inmolar el novillo, se lo llevaron a Elí.

Ella dijo: “Perdón, señor mío; ¡por tu vida, señor!, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti, para orar al Señor. Era este niño lo que yo suplicaba al Señor, y Él me concedió lo que le pedía. Ahora yo, a mi vez, se lo cedo a Él: para toda su vida queda cedido al Señor”.

Después se postraron delante del Señor.

Reflexión:

Este texto nos habla de gratitud, entrega y fidelidad. Aunque desde la lejanía, ayuda a nuestra preparación la figura mesiánica de Ana (I Sam 1, 24-28). Manifestó una proverbial, perseverante e intensa oración ante Dios. Suplicaba tener un hijo para entregárselo al Señor. El sacerdote Elí observaba sus labios, pero no se oía su voz en el desahogo orante de aquella alma. Ana no se aferra al don recibido sino que lo devuelves Dios como signo de confianza y amor. 

La plegaria de Ana, plena de certeza en el poder de Dios, la transformó y «no pareció ya la misma», anota el texto sagrado. Cumplió su promesa de ceder a su hijo Samuel para Yahveh y además por todos los días de su vida. Así Samuel se convierte en testimonio vivo de una vida al servicio del Señor.

Que importante es no dejar de meditar nunca este gran misterio que estamos a punto de celebrar  Pensarlo, saborearlo, “gustarle internamente”, como diría S. Ignacio de Loyola. Prepararnos muy bien estos días para recibir atentos este acontecimiento: “El Verbo de Dios se hizo carne y habita entre nosotros” – repetirlo despacio muchas veces a lo largo del día, y en nuestra meditación.

SALMO RESPONSORIAL 1 Sam 2, 1. 4-8abcd

R/. Mi corazón se regocija en el Señor, mi Salvador

Mi corazón se regocija en el Señor, tengo la frente erguida gracias a mi Dios. Mi boca se ríe de mis enemigos, porque tu salvación me ha llenado de alegría. 

El arco de los valientes se ha quebrado, y los vacilantes se ciñen de vigor; los satisfechos se contratan por un pedazo de pan, y los hambrientos dejan de fatigarse; la mujer estéril da a luz siete veces, y la madre de muchos hijos se marchita. 

El Señor da la muerte y la vida, hunde en el Abismo y levanta de él. El Señor da la pobreza y la riqueza, humilla y también enaltece.

Él levanta del polvo al desvalido y alza al pobre de la miseria, para hacerlos sentar con los príncipes y darles en herencia un trono de gloria.

Reflexión:

Nos explicaba San Juan Pablo II:  ¨Una voz de mujer nos guía hoy en la oración de alabanza al Señor de la vida. En efecto, en el relato del primer libro de Samuel, es Ana la persona que entona el himno que acabamos de proclamar, después de ofrecer al Señor su niño, el pequeño Samuel. Este será profeta en Israel y marcará con su acción el paso del pueblo hebreo a una nueva forma de gobierno, la monárquica, que tendrá como protagonistas al desventurado rey Saúl y al glorioso rey David¨.

EVANGELIO  según san Lucas 1, 46-55

María dijo: Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora.

En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!

Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquéllos que lo temen.

Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono, y elevó a los humildes.

Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre.

Reflexión:

Este Evangelio que nos propone hoy la liturgia es conocido como el Magníficat, la oración de acción de gracias, la oración de reconocer las maravillas que el Señor hace en cada uno de nosotros. Y quién mejor que la Santísima Virgen para dejarnos este gran legado, gran testimonio del grande corazón de la Santísima Virgen, que no hace otra cosa que reconocer las maravillas que Dios ha hecho en ella. Ese Magníficat.

Este canto  nos debe llevar a convertirse en  un llamado a fomentar la cultura del cuidado, a no acostumbrarse a que reine el mal. María nos recuerda la fidelidad de Dios hacia su rublo, cumpliendo la promesa de liberación hecha por Abraham  sus descendientes.

La experiencia redentora de la fe es una acción divina manifestada en la historia personal y comunitaria. Unidos al Papa Francisco oremos como nos lo solicitó  por el Jubileo 2025:

Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino. 

Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria. 

La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.

A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.

Amén.

Tomado de:

  • Folleto La Misa de Cada Día.
  • https://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2025-12-22
  • Libro La Buena Noticia de Cada Día
  • Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
  • https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
  • https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/12/22/atentos-a-la-cercania-del-mayor-acontecimiento-de-la-historia/
  • https://www.franciscanos.org/oracion/cantico32.htm#:~:text=Triunfaremos%20con%20la%20fuerza%20de,Dios%20le%20comunique%20su%20fuerza.
  • https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html

Palabra de Vida Mes de Diciembre «Los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios» (Is 52, 10). https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/


Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2025 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.

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