LITURGIA DE LA PALABRA
Introducción
Nos encontramos en la última semana del Adviento que apunta de lleno a una de las celebraciones que vertebran y dan sentido a nuestra fe cristiana: la Natividad del Señor. Un Misterio realmente sorprendente para toda la humanidad: Dios mismo se humaniza, la misericordia de Dios toca la tierra.
Las lecturas de hoy nos invitan a ser gestores de esperanza. Nos presentan unos contextos que nos resultan realmente conocidos, ya que, ponen a prueba la fe de dos personajes que están luchando contra las incertidumbres personales que les genera la vida. Interrogantes que nos muestran que no lo dominamos ni lo conocemos todo. Situaciones límite que nos sobrepasan. Problemas que hacen que se nos remueva todo por dentro y nos dejan a la intemperie sin saber qué camino tomar.
PIMERA LECTURA del libro de Isaías 7, 10-14
El Señor habló a Ajaz en estos términos: “Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en las alturas”.
Pero Ajaz respondió: “No lo pediré ni tentaré al Señor”.
Isaías dijo: “Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios? Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la virgen está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel”.
Reflexión
Vamos observando en el texto como se va escribiendo el Proyecto de la Salvación de Dios en la historia humana. Desde la realidad, Dios propone al ser humano una confianza en que las profecías del esperado Mesías se cumplen, y que en la tribulación estamos sostenidos por la compasión de Dios. Todo el proceso de la fe tiene que hacerse recio, maduro, para vivir íntimamente centrado en el Señor.
En la figura del rey Acaz se nos muestra precisamente la lucha interna del ser humano sobre todas aquellas realidades que sobrepasan los límites de nuestras propias fuerzas.
Lo peculiar de esta profecía es que el rey Ajaz, temeroso por los perros que amenazan su corona, no pide un signo; es el mismo Señor quien se adelante con un signo verdaderamente peculiar: una virgen que da a luz un hijo. Quizá este signo sea menos espectacular que una llamarada de fuego o el desplome de una montaña pero, como ocurre siempre en la historia de la salvación, es con frecuencia en lugares muy pequeños donde se revela una acción divina que pasa desapercibida a quien no anda ducho en las cosas de Dios.
SALMO RESPONSORIAL 23, 1-6
R/. Va a entrar el Señor, el rey de la gloria.
Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella, el mundo y todos sus habitantes porque Él la fundó sobre los mares, Él la afirmó sobre las corrientes del océano.
¿Quién podrá subir a la Montaña del Señor y permanecer en su recinto sagrado? El que tiene las manos limpias y puro el corazón; el que no rinde culto a los ídolos.
Él recibirá la bendición del Señor, la recompensa de Dios, su salvador. Así son los que buscan al Señor, los que buscan tu rostro, Dios de Jacob.
Reflexión
El Salmo es una invitación a examinarnos y purificar nuestros corazones para acercarnos a Dios, no solo a cumplir reglas, sino a vivir una vida que lo glorifique.
SEGUNDA LECTURA de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma 1, 1-7
Carta de Pablo, servidor de Jesucristo, llamado para ser Apóstol, y elegido para anunciar la Buena Noticia de Dios, que Él había prometido por medio de sus Profetas en las Sagradas Escrituras, acerca de su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, nacido de la estirpe de David según la carne, y constituido Hijo de Dios con poder según el Espíritu santificador, por su resurrección de entre los muertos.
Por Él hemos recibido la gracia y la misión apostólica, a fin de conducir a la obediencia de la fe, para gloria de su Nombre, a todos los pueblos paganos, entre los cuales se encuentran también ustedes, que han sido llamados por Jesucristo.
A todos los que están en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos, lleguen la gracia y la paz, que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Reflexión
Pablo en su carta a los romanos deja claro el cometido que tiene de ser apóstol, que va a anunciar, predicar, el fundamento de la fe a esta comunidad.
Pablo expone la centralidad de la fe desde el Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, Jesucristo. Por así decirlo, es el paso que permite a Dios tomar la realidad humana mediante la encarnación, hacerse presente en la historia de la salvación desde el linaje del Rey David.
Al abrirnos en la fe en Jesucristo nos vamos a convertir también nosotros en esos “apóstoles” que deben predicar el Misterio de la Salvación a la humanidad doliente desde la clave de la Encarnación. Como un tesoro, una gracia, que viene de parte de Dios, de su fidelidad para con el ser humano que continuamente le ofrece el camino de salvación, una nueva oportunidad.
EVANGELIO según san Mateo 1,18-24
Éste fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su Pueblo de todos sus pecados”.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: “La Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emanuel”, que traducido significa: “Dios con nosotros”.
Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa.
Reflexión
Este texto nos presenta a un hombre silencioso, discreto, pero gigante en la fe: San José. Mateo nos lo describe con dos palabras que resumen toda su vida: justo y obediente. Y hoy, para cerrar el camino de Adviento que hemos venido haciendo este año, Jesús nos invita a mirar a José como el modelo de la fe que espera, que confía y que obedece, que es justo lo que necesitamos si queremos vivir una verdadera Navidad cristiana.
Para prepararnos a esta fiesta, pero de manera especial para nuestro encuentro con el Señor, hemos hablado en los domingos anteriores de vigilar y de discernir. Ahora con José emprenderemos algo más: a esperar a que Dios muestre el camino.
Es en esa escucha, donde Dios nos habla y nos muestra el camino. Esta escucha requiere un poco de silencio, no solo exterior, sino también interior, que permita que Dios nos hable del misterio que estamos celebrando. José escuchó a Dios y abrió su corazón y recibió a María Santísima. Esto dio paso a que la primera Navidad fuera el gozo no solo de la familia, sino de toda la humanidad.
Nos explicaba el Papa Francisco que “Él, junto con Juan Bautista y María, es uno de los personajes que la liturgia nos propone para el tiempo de Adviento; y de los tres es el más modesto. El que no predica, no habla, sino que trata de hacer la voluntad de Dios; y lo hace al estilo del Evangelio y de las Bienaventuranzas. Pensemos: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos» (Mateo 5, 3). Y José es pobre porque vive de lo esencial, trabaja, vive del trabajo; es la pobreza típica de quien es consciente de que depende en todo de Dios y pone en Él toda su confianza… El ejemplo de este hombre gentil y sabio nos exhorta a levantar la vista, a mirar más allá. Se trata de recuperar la sorprendente lógica de Dios que, lejos de pequeños o grandes cálculos, está hecha de apertura hacia nuevos horizontes, hacia Cristo y Su Palabra.
Siigamos orando como nos lo pidió este Pontifice or el Jubileo 2025 Peregrinos de Esperanza
Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- https://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2025-12-21
- Libro La Buena Noticia de Cada Día
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2019/documents/papa-francesco_angelus_20191222.html
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/pautas/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/12/20/domingo-iv-adviento-ciclo-a/
- https://www.evangelizacion.org.mx/evangelio-de-hoy
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html
Palabra de Vida Mes de Diciembre «Los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios» (Is 52, 10). https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2025 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.