https://youtu.be/pOSec2l0Iww?si=gysTn06-J16BR9Dq
- Rom 2, 1-11
- Sal 61
- Lc 11, 42-46
La vida y las enseñanzas de Jesús son el mejor estímulo para la conversión. Sin embargo, no basta solo de pensar en la bondad de Dios, sino de permitir que moldee nuestra forma de ver el mundo. Y de eso nos habla la liturgia de hoy.
San Pablo en la primera lectura nos habla sobre aquellos que juzgan a otros. El apóstol saca a relucir dos puntos sobre esta gente: Primero, dice que esta gente sabe la diferencia entre el bien y el mal; de otra forma no se atreverían a juzgar.
Básicamente san Pablo está diciendo, “No te engañes pensando que solo estoy hablando de otras personas. Estoy hablando de ti. Practicas las mismas cosas”.Sin embargo, incluso después de leer ese versículo, seamos honestos: ¿no es fácil pensar que no lo hacemos? ¿No es fácil pensar que Pablo solo está hablando de otras personas en lugar de nosotros específicamente? Pablo se refiere a esta mentalidad como “juzgar” a otras personas. En este contexto, “juzgar” se refiere a magnificar los pecados de los demás mientras que simultáneamente minimizamos los nuestros.
El segundo punto que presenta Pablo sobre esta gente es que son culpables porque están haciendo la misma cosa ellos mismos. Los jueces son tan culpables como lo son las personas que tienen en juicio.
En los versículo 2-4, vemos que hay personas que pueden admitir que hay al menos algo de pecado en sus vidas, pero que no parecen considerar ese pecado muy problemático y se imaginan que se escaparan del juicio de Dios, seguramente notamos con vergüenza y tristeza que los mismo nos sucede a muchos creyentes.
En el texto del Evangelio, Jesús señala a los fariseos y maestros de la ley la justicia y el amor como guía vital de un hijo e hija de Dios. Ellos y muchas veces nosotros también somos fieles cumplidores de preceptos y del cuidado de la imagen, pero por dentro nos encontramos con una vida enmarañada. Y aquí la invitación a fomentar espiritualidades que broten de lo sencillo del corazón humano,
Santa Teresa de Jesús de quien celebramos su memoria, afirmaba: “Juntos andemos Señor, por donde fuisteis, tengo que ir; por donde pasastes, tengo que pasar. Porque seguir a Jesús con sinceridad, nos vuelve menos legalistas y más comprensivos. Y al contagiarnos de la bondad del Señor lograremos la conversión.
Afirmaba el Papa Francisco: “Sabemos que ante Dios nadie puede considerarse justo (cf. Rm 2,1-11). Pero nadie puede vivir sin la certeza de encontrar el perdón. El ladrón arrepentido, crucificado junto a Jesús, lo ha acompañado en el Paraíso (cf. Lc 23,43). Ninguno de vosotros, por tanto, se encierre en el pasado. La historia pasada, aunque lo quisiéramos, no puede ser escrita de nuevo. Pero la historia que inicia hoy, y que mira al futuro, está todavía sin escribir, con la gracia de Dios y con vuestra responsabilidad personal. Aprendiendo de los errores del pasado, se puede abrir un nuevo capítulo de la vida. No caigamos en la tentación de pensar que no podemos ser perdonados. Ante cualquier cosa, pequeña o grande, que nos reproche el corazón, sólo debemos poner nuestra confianza en su misericordia, pues «Dios es mayor que nuestro corazón» (1Jn 3,20).”
A ello nos anima el Salmista cuando proclama: “Solo en Dios descansa mi alma porque de El viene mi salvación… ; El es mi esperanza.” Y para lograrlo, les invito a que sigamos orando como nos lo pidió este Pontífice por el Jubileo 2025, Peregrinos de Esperanza:
Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html
- https://cristiandad.orlandis.org/2016/11/jubileo-de-los-presos-homilia-del-papa-francisco/
- https://evangeli.net/evangelio/dia/2025-10-15
- https://www-redeeminggracepittsburgh-com.translate.goog/sermons/sermon/2018-11-04/romans-2:1-11:-dont-be-deceived-part-one?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=sge#
Palabra de Vida Mes Octubre “Mi auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra” (Sal 121, 2) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre 2025 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.