- Jue 2, 11-19
- Sal 105
- Mt 19, 16-22
¿Será Dios el Señor de Nuestra Vida? Este debe ser nuestro cuestionamiento al meditar en la liturgia de hoy. San Juan Pablo II nos explicaba que «Jesús muestra que los mandamientos no deben ser entendidos como un límite mínimo que no hay que sobrepasar, sino como una senda abierta para un camino moral y espiritual de perfección, cuyo impulso interior es el amor»
La primera lectura nos recuerda lo que ocurre en el corazón de un cristiano cuando se anteponen otros intereses al seguimiento del Señor y en el evangelio notamos como el joven rico, que aunque era bueno, su corazón no le pertencía en su totalidad a la consecución del Reino de Dios. Todo esto nos debe llamar a la reflexión profunda, pues un cristiano adormecido se contenta con no hacer daño y esto le parece suficiente, pero al reconocer el campo de acción del mal, descubrimos que son necesarias todo tipo de acciones que influyan positivamente y fortalecernos para no caer en la tentación de desviar nuestra mirada hacia otros dioses.
Iniciamos con la lectura y meditación del libro de los Jueces con el que meditamos el ciclo después de la muerte de Josué y la entrada a la Tierra Prometida y el inicio de la monarquía, un período convulso para Israel. Sin embargo, Dios lo guía a través de los jueces, personajes con liderazgo que defendían al pueblo y transmitían la Voluntad de Dios.
Hoy nos presenta un panorama general: el pueblo se va tras otros dioses lo que tiene una consecuencia que es interpretada como como una acción terapéutica de parte de Dios, el pueblo recapacita, pide perdón y Dios suscita jueces que los libran de sus enemigos. Cuando el asunto parecía remediarse un poco, el juez moría, el pueblo se prostituía aún más y recaía en pecados más graves.
En el evangelio encontramos a un joven inquieto, valiente, atrevido que es capaz de acercarse a Jesús y preguntarle. Su pregunta es esencial: “¿Qué tengo que hacer para que mi vida sea plena?” No quiere que su vida pase sin sentido, sin trascendencia, distraída y estéril. Jesús detecta que el joven está demasiado centrado en sí mismo. Por eso le invita a cambiar, a convertirse, a volver a nacer. Que el centro de su existencia no sea su propia voluntad, ni su capricho, sino dejarlo todo, abrazar la desnudez de quien no tiene nada e inaugurar una dependencia amorosa respecto a Dios. Jesús quiere rescatar al joven de una vida anclada en la mentira. Su falsa sensación de autonomía, de autosuficiencia, le hace construir su vida apoyada en unas seguridades efímeras. El dinero, el éxito, el reconocimiento, la fama, la comodidad, el placer son arenas movedizas que hoy están y mañana no. Lo que Jesús le ofrece al joven, no es una renuncia, no es dejarlo todo para quedarse vacío. Es tenerlo todo, es relacionarse con Dios como el dador de vida, como la fuente de la que provienen todos los tesoros. La reacción del joven es huir.
Volvamos a la pregunta inicial, ¿será Dios el Señor de Nuestra Vida? Creo que las lecturas retratan muy bien lo que la humanidad es ante Dios: desobedecemos, hacemos lo que le desagrada, pero suceden eventos que nos hacen volver nuestra mirada al Señor, pero como nuestra conversión no es tan firme volvemos atrás…
El Salmista nos confronta con esta realidad al decirnos “Cuántas veces los libró; mas ellos, obstinados en su actitud… Menos mal que, por encima de nuestros fallos está la voluntad de Dios que no se cansa de amar y de perdonar, “él miró su angustia y escuchó sus gritos”.
Con la Oración de los fieles oremos para que nosotros evitemos el error de buscar la felicidad en cualquier cosa que no sea Dios y para ello como nos pidió el Papa Francisco, intercedamos por el Jubileo 2025, Peregrinos de Esperamza:
Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html
- https://evangeli.net/evangelio/dia/2025-08-18
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/08/18/se-fue-triste-porque-era-muy-rico/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
Palabra de Vida Mes Agosto: “Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán también su corazón.” (Lc 12, 34) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Agosto 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.