https://youtu.be/RlpeAJpp2m0?si=1NhJVI-daKUupzDn
- Jos3, 7-10a. 11. 13-17
- Sal 103
- Mt 18, 21-19, 1
Hoy la liturgia nos habla del Dios que siempre nos acompaña, lo hizo con Moisés, lo hizo con Josué, con Jesús y con tantos otros que nos han guiado en nuestro camino
En la primera lectura del libro de Josué, nos presenta a un Dios que acompaña a su pueblo en todos los momentos de la vida, en cualquier situación por muy difícil que sea, abriendo caminos nuevos…Él, es fiel a su Palabra y espera que el ser humano la concretice y se comprometa en abrir horizontes esperanzadores para su pueblo, revitalizando su confianza en Yavé.
El “Yo Soy”, manifestado a Moisés, sigue acompañando a su pueblo, sea a través de Josué, los Profetas…, en el antes y en el ahora. Que importante es saberse guiados por intermediarios sabios que vayan iluminando el camino de la historia con palabras y compromisos, que hagan crecer la vida y no poner a frente, cañones y fusiles que la matan y destruyen la convivencia humana.
Nos acompaña en el camino de nuestro crecimiento espiritual y en el texto del Evangelio a través del texto de san Mateo, nos indica que:
– Ser grande en el Reino no consiste en ocupar un cargo importante.
– La comunidad no ha de cerrarse en un círculo de perfectos.
– La responsabilidad de acoger a los de más dentro de la comunidad.
– Se ha de poner todos los medios para corregir al que, por su comportamiento, destruya a la comunidad.
– En la comunidad de Jesús el perdón no tiene límites.
Así lo indica el número perfecto (7) multiplicado. Al que se resista perdonar, Jesús le invita con esta parábola, a considerar sus deudas con Dios.
Esta expresión de: “setenta veces siete”, nos tiene que llevar a descubrir que el perdón no es un acto, sino una actitud que se mantiene durante toda la vida y ante cualquier ofensa. San Agustín daba este consejo: “Si un hombre malo te ofende perdónalo, para que no haya dos hombres malos”.
Ante la pregunta de Pedro, Jesús contesta con la lección de la paciencia; el Señor se toma su tiempo. Pero incluso Él, en esta relación con nosotros, tiene mucha paciencia. ¡Y nos espera hasta el final de la vida! Pensemos en el buen ladrón, que justo al final, reconoció a Dios» nos explicaba el Papa Francisco. Por eso, hoy, cuando vayamos a comulgar o dediquemos un rato delante del Sagrario, digámosle al Señor que el sea nuestro único bien, que seamos Uno con Él; y entonces veremos cómo huyen despavoridos nuestros egoísmos, los tan amados “derechos,” la soberbia y prepotencia. Y no dejemos pasar el día de hoy sin hacer esa llamada que el orgullo quizá, nos ha impedido hacer desde hace tanto tiempo, acercarnos a hacer esa visita que hemos pospuesto, escribir esa carta que nunca terminamos y perdonar o pedir perdón, como Cristo lo haría. Así seremos pobremente rico. ¿Y si no nos responden? Pues “hasta setenta veces siete” si la misericordia de nuestro corazón viene de Dios, jamás se agotará, nunca diremos basta, al contrario recordemos que El siempre nos guía y nos lleva a la Tierra Prometida y con el Salmista digamos: ¡Aleluya!
Hoy que recordamos la Memoria de San Maximiliano María Kolbe, un sacerdote franciscano polaco que fue encarcelado en Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial y cuando un hombre fue elegido para morir en represalia por la fuga de otro prisionero, Kolbe se ofreció voluntariamente para ocupar su lugar; este acto de sacrificio, motivado por el amor y la compasión, se considera un testimonio de su fe y un ejemplo de perdón y entrega total, al igual que en el pasaje evangélico.
Pidamos su intercesión por el Jubileo 2025, Peregrinos del Esperanza y con la oración que nos dejó el Papa Francisco pidamos:
Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html
- https://evangeli.net/evangelio/dia/2025-08-14
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/08/14/piruetas-2/
Palabra de Vida Mes Agosto: “Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán también su corazón.” (Lc 12, 34) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Agosto 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.