https://youtu.be/8GQcA9vCoM0?si=N0Sx8VSx_MwK2jD_
- Núm 11, 4b15
- Sal 80
- Mt 14, 13.21
El tema central de la liturgia de hoy. es la conciencia discipular al compartir, frente a la queja.
Nuestros corazones quejumbrosos desagradan a Dios, porque muestra muy poca gratitud por lo que Él ha hecho en el pasado y fe por lo que Él puede hacer hoy mismo. Las quejas son solamente ese corazón insatisfecho que nos hace ser desagradecidos.
En la primera lectura vemos como Dios ha hecho mucho en y por Israel; aun así, ellos todavía murmuraban, ¡borrando el espíritu de gratitud en sus corazones!
Dios proveía cada una de sus necesidades, aunque no cada deseo. Ellos nunca estaban satisfechos; incluso Dios mismo no podía complacerlos, porque ellos siempre estaban prefiriendo su propia sabiduría a la de Él.
Lloran lágrimas infantiles de un temperamento de rabieta. El llanto del pueblo no sólo irritó al Señor, disgustó a Moisés también. Esta frustración lo llevó en frustración a Dios. Su queja no es buena y muestra un lapso en su confianza en Dios. Respondió a Dios en la manera que muchos de nosotros hacemos en un tiempo de prueba. Moisés estaba extremadamente frustrado, no es una oración correcta la suya, pero es una oración honesta del corazón. Dios quería que Moisés viera su miseria aparte de la mano poderosa de Dios. Cuando descubra su debilidad, entonces puede ser fuerte en la fuerza de Dios.
Hoy, el Evangelio toca nuestros “bolsillos mentales”… Por esto, como en tiempos de Jesús, pueden aparecer las voces de los prudentes para sopesar si vale la pena tal asunto. Los discípulos, al ver que se hacía tarde y que no sabían cómo atender a aquel gentío reunido en torno a Jesús, encuentran una salida airosa: «Que vayan a los pueblos y se compren comida». Poco se esperaban que su Maestro y Señor les fuera a romper este razonamiento tan prudente, diciéndoles: «Dadles vosotros de comer»
Un dicho popular dice: «Quien deja a Dios fuera de sus cuentas, no sabe contar». Y es cierto, los discípulos —nosotros tampoco— no sabemos contar, porque olvidamos frecuentemente el sumando de mayor importancia: Dios mismo entre nosotros.
La transformación de la conciencia discipular al compartir, es milagrosa. El Maestro os platea esta cuestión antes de seguir el camino hacia la libertad.
Si te interesa profundizar más en este texto te invito visitar el sitio a continuación:
Señales de Dios. Parte V. Cuarto Milagro. La Multiplicación de los Panes. Jn 6, 1-13
Les recuerdo la invitación del Papa Francisco a orar por el Jubileo 2025, Peregrinos de Esperanza:
Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html
- https://evangeli.net/evangelio/dia/2025-08-04
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
Palabra de Vida Mes Agosto: “Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán también su corazón.” (Lc 12, 34) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Agosto 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.