https://youtu.be/JIEI7lxPS1w?si=B9mCr_msqex9Szfr
- Ex 3, 1-6. 9-12
- Sal 102
- Mt 11, 25-27
Hoy que celebramos la memoria de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, nos recuerda que en María, la pequeña mujer de Nazareth, el Señor ha manifestado su amor y ha dado a conocer, en la humildad de esta sierva, la grandeza del Reino y es por eso que la liturgia nos recuerda que es precisamente en los humildes y sencillo que el Señor hace florecer su Gloria.
En la primera lectura del Libro del Éxodo, nos encontramos con otro monte sagrado: el Monte Horeb, la montaña de Dios. Allí tuvo lugar el encuentro de Moisés con el Señor que se nos relata en el episodio de la «zarza ardiente». Una maravillosa visión de la divinidad que hizo saber al profeta legislador que había entrado en terreno sagrado, recomponiendo su actitud.
La oración contemplativa nos sitúa en la presencia de Dios descalzos, indigentes. No hace falta que le recordemos al Señor con nuestra plegaria, nuestra necesidad. Él es conocedor del sufrimiento que nos provoca nuestra separación, nuestro alejamiento del amor, la pérdida de nuestra libertad.
La oración nos vacía, nos descalza, nos sitúa en el espacio sagrado de nuestra interioridad en la que se manifiesta una fuerza desconocida, un fuego no destructivo que supera nuestra razón. Es el fuego del Espíritu Santo que nos envía hasta donde nuestro juicio no hubiese imaginado ni nuestra voluntad consentido.
El Salmista nos invita a cantar la Misericordia del Señor quien enseñó sus caminos a Moisés y sus hazañas a los hijos de Israel. Hasta mis huesos se alegran cuando siento la presencia de tu bendición en el fondo de mi ser. Gracias, Señor, por tu bondad. Bendice alma mía al Señor, y todo mi ser su santo nombre.
Dice, complacido, hoy el Señor en el texto del evangelio: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños». Sí, porque nadie puede pretender conocer esos o parecidos secretos escondidos ni sacándolos de la obscuridad con el estudio más intenso, ni como debido por parte de la sabiduría. De los secretos profundos de la vida sabrá siempre más la ancianita sin experiencia escolar que el pretencioso científico que ha gastado años en prestigiosas universidades. Hay ciencia que se gana con fe, simplicidad y pobreza interiores.
Con la invitación del Papa Francisco a rezar por la paz, dirigiendo las suplicas a la Madre Dios encontramos en ella a la mujer orante: “María acompaña en oración toda la vida de Jesús, hasta la muerte y la resurrección; y al final continúa, y acompaña los primeros pasos de la Iglesia naciente (cfr. Hch 1,14). María reza con los discípulos que han atravesado el escándalo de la cruz. Reza con Pedro, que ha cedido al miedo y ha llorado por el arrepentimiento. María está ahí, con los discípulos, en medio de los hombres y las mujeres que su Hijo ha llamado a formar su Comunidad…
Como acabamos de meditar en la primera lectura, el Señor le dijo a Moisés: Yo estoy contigo y lo envió. Jesús se lo repitió a los discípulos antes de su partida: No os dejaré solos (Jn 14,18), dándoles a conocer la promesa del Padre.
Jesús, en el Evangelio de hoy, da gracias al Padre por el conocimiento que ha entregado a los más pequeños. Nosotros, podemos contemplar en la alegría del juego de los niños, la más sincera expresión de gratitud. Que la Madre del Monte Carmelo interceda por nosotros, para que podamos vivir con esa santa ligereza.
Este Año de la Oración hacia el Jubileo 2025, estamos invitados a intensificar la oración teniendo también como modelo a la Virgen María, por eso les invito a que lo hagamos con la oración que este Pontífice nos dejó:
Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- Libro Busco Tu Rostro, autor Carlos G. Vallés
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html
- https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2024-07/el-papa-la-virgen-del-carmelo-de-consuelo-y-paz.html
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://evangeli.net/evangelio/dia/2025-07-16
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/07/16/16-julio-b-v-maria-del-carmen/
Palabra de Vida Mes Julio: Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió.” (Lucas 10:33) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Julio 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.