La liturgia de hoy nos invita a reflexionar acerca de la Divina Providencia y de no hacer distinciones entre buenos y malos, sino a acoger y alegrarnos ante el buen actuar de las personas.
San Pedro nos invita hoy, no sólo a la generosidad, sino a trabajar con alegría y por el bien de los demás, por el bien de nuestra familia, de nuestra empresa, de nuestra comunidad; y a recordar que la verdadera recompensa la recibiremos de Dios.
La liturgia de hoy nos presenta todo un tratado de estilo de vida cristiana, para crecer en la fe y pedir y poner en práctica la sabiduría que viene de lo alto.
En la liturgia de este domingo recordándonos que seguir a Jesus, llamarse (o mejor, ser) cristianos no es solo cuestión de asistir los domingos a misa o ayunar en cuaresma.
Tres enseñanzas fundamentales nos da la liturgia de hoy. Enseñanzas que nos dejan claro que la lógica de Dios es muy diferente a la que nos da el mundo.