https://youtu.be/0WTofqn3OA8
- Tim 1, 1-8 O bien Tito 1, 1-5
- Sal 95
- Mc 4, 1-20
La liturgia de hoy nos invita a que miremos en nuestro interior para saber qué tipo de cristianos somos; cómo hemos asumido la Palabra de Dios recibida y si la hemos sembrado en tierra fértil.
Celebramos hoy la fiesta de estos dos discípulos de Pablo: Timoteo y Tito. Nos comenta Fray Manuel Santos Sánchez que a Tito le exhorta, cómo no, a predicar el evangelio: “Cuanto a ti, habla lo que es conforme a la sana doctrinada”. Lo doctrinal, siempre está presente en las cartas de San Pablo. En esta, que dirige a Timoteo, todas sus expresiones doctrinales están matizadas por su corazón, por el gran cariño que le tiene. “Sin cesar hago memoria de ti en mis oraciones noche y día, deseoso de verte, acordándome de tus lágrimas, para llenarme de gozo”.
Le recuerda también que fue él quien le impuso las manos para recibir el sacerdocio, y le exhorta a que no deje apagar sino a que reavive los dones necesarios recibidos de parte de Dios para vivirlo bien. Entre otros dones, le regaló un espíritu de fortaleza, de amor y de templanza para que no viva atemorizado y con miedo. Apoyándose en el “poder recibido de Dios”, no tiene que avergonzarse ni de Pablo ni, por supuesto, del Señor Jesús. Y predicar el evangelio, la mejor noticia que puede ofrecer a sus destinatarios.
Conectando estas palabras de Pablo dirigidas a Timoteo con la parábola del sembrador del evangelio de hoy, vemos que la vida real de los sembradores del evangelio es más dura que la de los sembradores de la semilla. Por sembrar el evangelio San Pablo está encarcelado, y recuerda a Timoteo que tiene que soportar los trabajos por causa del evangelio… pero ellos vivieron con entusiasmo su labor de sembradores de la buena noticia, “por la gracia que nos fue dada desde la eternidad en Cristo Jesús”. No pueden callarse, tienen que seguir predicando, les suceda lo que les suceda, no solo porque Jesús se lo ha pedido, sino porque es la mejor noticia que se puede ofrecer a cualquier persona para que viva su vida son gozo, con sentido, son esperanza.
En esta fiesta de Timoteo y Tito hemos insistido en los sembradores, pero la parábola evangélica insiste más en los que reciben la semilla sembrada. De ellos va a depender principalmente que dé frutos y no quede estéril. Esa es nuestra tarea: hacer germinar en nosotros el recibido regalo del evangelio.
Afirma el Rev. D. Antoni CAROL i Hostench que la Parábola del sembrador, la escena es totalmente actual. El Señor no deja de “sembrar”. También en nuestros días es una multitud la que escucha a Jesús por boca de su Vicario —el Papa—, de sus ministros y… de sus fieles laicos: a todos los bautizados Cristo nos ha otorgado una participación en su misión sacerdotal. Hay “hambre” de Jesús.
El mar, la barca y las playas son substituidos por estadios, pantallas y modernos medios de comunicación y de transporte. Pero Jesús es hoy el mismo de ayer. Tampoco ha cambiado el hombre y su necesidad de enseñanza para poder amar. También hoy hay quien —por gracia y gratuita elección divina: ¡es un misterio!— recibe y entiende más directamente la Palabra. Como también hay muchas almas que necesitan una explicación más descriptiva y más pausada de la Revelación.
En todo caso, a unos y otros, Dios nos pide frutos de santidad. El Espíritu Santo nos ayuda a ello, pero no prescinde de nuestra colaboración. En primer lugar, es necesaria la diligencia. Si uno responde a medias, es decir, si se mantiene en la “frontera” del camino sin entrar plenamente en él, será víctima fácil de Satanás.
Segundo, la constancia en la oración —el diálogo—, para profundizar en el conocimiento y amor a Jesucristo: «¿Santo sin oración…? —No creo en esa santidad» (San Josemaría).
Finalmente, el espíritu de pobreza y desprendimiento evitará que nos “ahoguemos” por el camino. Las cosas claras: «Nadie puede servir a dos señores…» (Mt 6,24).
El Papa Francisco hizo énfasis en esto: “Esta parábola, nos recuerda que la Palabra de Dios es una semilla que en sí misma es fructífera y efectiva; y Dios la esparce por todas partes”. “Cada uno de nosotros es tierra sobre la que cae la semilla de la Palabra, y si queremos, podemos convertirnos en buena tierra, arada y cuidadosamente cultivada, para ayudar a madurar la semilla de la Palabra”. (Contenido publicado originalmente en Píldoras de fe, bajo el Link: https://www.pildorasdefe.net/noticias/papa-francisco-parabola-sembrador)
Quisiera terminar esta meditación con la exhortación que hace Pablo a Timoteo en la liturgia de hoy: “te deseo gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro.“
Palabra de Vida Mes de Enero 2022
“En Oriente hemos visto su estrella y hemos venido para adorarlo”. https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.